Parte II / Infodemia: teorías de conspiración sobre la vacuna contra la COVID-19

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INFODEMIA COVIDICA (II)

Infodemia: exceso de información, en gran parte falsa, sobre un problema, que dificulta su solución. 

Segunda parte del resumen del artículo del Dr. José M Jiménez y otros investigadores del Departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres que apareció originalmente  en la página de  The Conversation y que fue reproducido por la Academia Nacional de Medicina de Colombia en su sitio web el 5 de enero de 2021 orientado a contener la infodemia que padecen muchas personas cuando se habla de las vacunas contra la Covid-19:

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13. “Si nos vacunamos podemos quedar estériles”

Falso. No existe ninguna evidencia científica de que la Covid-19 o su vacuna interfieran con el metabolismo hormonal ni con el desarrollo de las células  necesarias para la reproducción humana.

14. “Los científicos usan mucho la frase ‘no hay evidencias’ porque no tienen ni idea de lo que están diciendo”

Falso. En el lenguaje científico médico se utiliza la frase “no hay evidencias”, “los resultados sugieren”, “es posible que” o “parece ser que” cuando los científicos hablan sobre un tema sobre el cual no hay un conocimiento completo o no existen pruebas científicas solidas acerca de lo que es y lo que no es, no aceptándose la emisión de opiniones o creencias por mucha experiencia no sistematizada o jerarquía académica que tenga quien las emite.

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15. “Nos quieren usar como animales de experimentación”

Falso. Las vacunas han pasado todas las fases necesarias para la evaluación de su seguridad de forma satisfactoria, inicialmente en animales de laboratorio y luego en humanos.

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16. “Con la vacuna te implantan un chip”

Falso. Esta idea descabellada es una de las tantas que circulan en las redes sociales y que hacen parte de las muchas teorías de conspiración que se han emitido, una maquinación a través de las cuales las grandes empresas tecnológicas de la comunicación digital supuestamente nos van a controlar usando dispositivos de identificación o seguimiento. Aparte del componente principal (ARN mensajero), la vacuna contra la Covid -19 solo tiene sales, lípidos y azúcares.

17. “No tengo que vacunarme porque ya he pasado la enfermedad”

Falso. La ciencia médica todavía no tiene datos suficientes para responder cuánto tiempo dura la protección de quienes desarrollaron anticuerpos después de pasar la enfermedad adquirida a través de una infección “natural”.

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18. “La vacuna tiene luciferasa”

Falso. Las luciferasas son proteínas muy usadas en los laboratorios porque son inocuas y tienen la capacidad de brillar bajo ciertas condiciones pudiéndose asegurar que ninguna de las vacunas contra la Covid-19 aprobadas contiene luciferasas.

19. “Es mejor esperar a ver qué pasa”

Falso. El beneficio de la vacuna supera con creces el riesgo de tener algún efecto adverso. La probabilidad de que nos infectemos con el virus contagiando a otros, enfermemos y desarrollemos síntomas graves de la Covid-19 o morir, es mucho mayor que los posibles efectos secundarios que pueda tener la vacuna. 

20. “La tecnología del 5G es el causante del coronavirus y se va a agravar con la vacuna”

Falso. Esta hipótesis se lanzó al observar que los países con mayor número de antenas 5G era donde más incidencia había de la Covid-19 pero luego se cuestionó al advertir  que el brote pandémico también se daba en países asiáticos y africanos donde esta tecnología aún no había  llegado. 

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21. “¿Para qué vacunarnos contra un virus que ‘solo’ mata al 1 o 2% de los que se contagian?”

Visto así, un 1 o 2 % puede no parecer mucho pero es un número enorme cuando hablamos de vidas y de la población mundial con millones de personas infectadas. Hablar sobre números es fácil cuando no nos afecta directamente a nosotros ni a nuestra familia o amigos. 

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23. “Las vacunas no servirán porque el virus está mutando”

Falso. Los virus mutan porque es la forma que tienen de evolucionar. Sin embargo, los coronavirus son de los virus de ARN que menos mutan porque tienen actividad correctora de errores que los va corrigiendo cuando el virus se multiplica. Aun así, las mutaciones y variantes son muy habituales y van a seguir apareciendo variantes nuevas. Las vacunas que están disponibles hasta el momento se basan en la proteína S (Spike) completa del SARS-CoV-2. Dentro de esta proteína hay varios sitios que provocan la respuesta que da la protección contra el virus. Una variante con un cambio puntual  puede que cambie uno de estos sitios, pero no los cambiará todos. La vacuna cubre más zonas y seguirá siendo efectiva dentro de los rangos requeridos. Además, no siempre las mutaciones dan lugar a la aparición de variantes serotípicas. Es decir, que aunque tengan una secuencia diferente, esos cambios no son lo suficientemente grandes o importantes como para que nuestro sistema inmunológico lo reconozca como algo distinto, como un serotipo nuevo. Hasta la fecha no se han identificado serotipos destinos del virus de la Covid-19, pero los científicos estarán  atentos por si ocurriera. De ser así, simplemente habría que actualizar la vacuna.

24. “Si los tapabocas y el distanciamiento social son eficaces ¿para qué vacunarnos?”

Las medidas de protección mencionadas son indispensables para disminuir la probabilidad de contagio pero no son suficientes para evitar que el virus siga infectando y colapsando los sistemas hospitalarios del mundo ya que, por ejemplo, se estima que el tapabocas protege del contagio tan solo un 60 %. El objetivo de las vacunas es generar una inmunidad de grupo (inmunidad de rebaño) que nos permita volver a un estado cercano a la normalidad social y económica, algo que no se consigue a través de las simples medidas sanitarias.

Por: Dr. Oscar Osío Uribe
Médico Esp. Medicina Interna, MSc Epidemiología Clínica

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