Escribo desde Juiz de Fora en el estado de Minas Gerais en el sudeste de este inmenso y sorprendente país, donde el alma se expresa a través de una lengua semicantada llena de sonidos vocálicos, con matices nasales que pocas lenguas poseen y que recuerdan sonidos de lenguas orientales.
El portugués de Brasil tiene 13 sonidos vocálicos, frente a los 7 u 8 del español. Y dice R. Steiner que en las vocales se expresa y vive el alma humana. Con sonidos vocálicos podemos expresar emociones y estados anímicos, que por sí mismos tienen sentido: ¡Ey!, ¡Ay! ¡Oee!, ¡UyUy!, etc.
Las consonantes portan la estructura del lenguaje y representan el pensamiento; hay una clara polaridad entre las lenguas romances, vocálicas y entonadas, como el portugués, el italiano, el español y el rumano y de otro lado las lenguas anglosajonas, estructuradas y consonánticas: el alemán y el holandés son buenos ejemplos. Es un expresión de la polaridad norte-sur.
En Juiz de Fora asistimos el XII Congreso Brasileiro de Medicina Antroposófica; más de 400 profesionales de la salud de Brasil: médicos, odontólogos, enfermeras, fisioterapeutas y masajistas, terapeutas artísticos, psicoterapeutas, euritmistas curativos y pedagogos curativos: todos ellos como parte del sistema de la medicina antroposófica. A este encuentro, fuimos invitados colegas de Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, para reunirnos -en el marco del congreso- como Coordinadora Iberoamericana de Medicina Antroposófica: CIMA.
Qué experiencia maravillosa escuchar a los colegas de Brasil, Alemania, Chile y Perú en las conferencias y talleres del congreso y tomar el pulso al desarrollo de esta ampliación de la medicina. Allí confirmamos la búsqueda de un modelo que descubre al verdadero ser humano detrás de la estructura física; un ser humano reducido a materia pensante, por la ciencia. Es sorprendente saber que en Brasil hay alrededor de 1000 médicos que conocen la medicina antroposófica y que por ejemplo en el estado de Minas Gerais, ya están interactuando con la medicina convencional y están vinculados al sistema de salud. Hay cátedras de medicina antroposófica en dos universidades de Brasil y en Alemania, en Chile, en Argentina. A la inauguración del congreso asistieron el secretario de salud de la municipalidad de Juiz de Fora y el decano de la Facultad de Medicina de la universidad local, instituciones que se muestran totalmente permeables a este modelo y lo llevan más allá de lo alternativo, como un modelo que amplifica y complementa la mirada convencional.
¿Y qué significa Juiz de Fora? El juez de afuera. Y es que esta ciudad, de unos 450.000 habitantes, está en el camino que recorrían el oro y los minerales entre Ouro Preto, antigua capital de Minas Gerais (hoy es Belo Horizonte), y el puerto de Rio do Janeiro. Y lo que fue una posada para los viajeros –San Antonio do Paraibuna- fue creciendo y se convirtió en municipio en 1850. Juiz de Fora era cargo de magistrado nombrado por el rey de Portugal, para actuar en los litigios de las colonias. Uno de estos jueces se asentó allí y le dio nombre al lugar.
Además de fútbol, se respiran alegría, movimiento y calor humano en Brasil. Se observan graves problemas como en todas nuestras ciudades. El alma del pueblo brasilero con sus tres raíces: indígena, negra y europea, pulsa por encontrar su identidad, su ritmo, por recuperar sus grandes riquezas y volver de manera contemporánea a sus orígenes.
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