Es tiempo de incertidumbre. Y no nos acordamos de que los niños también la sufren. ¿Cómo acompañarlos?
Con la cuarentena causada por la pandemia de COVID-19 que vive el mundo han llegado memes. Se ven niños amarrados mientras sus padres trabajan. Y también aquellos que agradecen la labor de los profesores, “porque aguantárselos es muy difícil”. Pero hay que pensar más allá: como los adultos, los pequeños también están viviendo un período complicado. No son vacaciones, pero están todo el día en casa. También cambiaron radicalmente su estilo de vida: de asistir presencialmente al colegio, las clases se volvieron digitales. Y qué decir de las relaciones, los amigos están también en sus casas.
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La salud mental de los hijos es importante en estos momentos. Para Marta Martínez Zamora, coordinadora de la Maestría de Neurodesarrollo y Aprendizaje de la Universidad CES, explica que una de las primeras cosas que debe hacerse es dejarles claro a los niños qué es lo que está sucediendo:
“siempre con la verdad, pero también llenándolos de cosas positivas, diciéndoles que esto es pasajero y que en el futuro estaremos mejor”.
Recomendaciones
También es importante que expresen sus frustraciones, sus miedos y sus temores. “Como padres, hay que estar allí para escucharlos, que digan lo que necesiten y también para tranquilizarlos”. En internet existen muchos recursos (cuentos, videos y actividades) que ayudan a los padres a acompañar en estos momentos difíciles.
La experta invita a crear “estabilidad temporal”. En momentos de aislamiento se suele perder la noción del tiempo, y eso está bien si se está en vacaciones, pero en la vida cotidiana es necesario establecer una rutina que les permita a los pequeños estar ordenados. “Puede no ser rígida, pero sí es necesario que haya una temporalidad”, y esta puede estar mediada por eventos del diario como el desayuno, el baño, el almuerzo y la cena.
Un asunto importante es el tema del estudio, pues se debe hacer lo posible porque no se asuma ni como una carga ni como un castigo. Además, los papás deben establecer límites: su labor es acompañar, no hacer las actividades ni calificar. En el primer caso, es responsabilidad de los hijos y en el segundo, de los docentes. “Acá hay que tener mucho cuidado, porque se puede convertir en una pelea y no se puede comprometer la relación entre padres e hijos”.
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Además del estudio, se puede entregar a los niños tareas sencillas del hogar como sacudir, esto para que se sientan útiles, integrados y, además, hagan algo de actividad física. “Deben moverse, también pueden bailar, hacer ejercicio, que en el juego haya movimiento”. En el horario también es importante tiempo para el ocio, sabiendo que hay dos tipos de ocio, el controlado y el libre. En el controlado, los padres asignan actividades, en el libre son los niños los que deciden qué hacer. “Ambos son importantes”.
También se pueden buscar formas de que los pequeños interactúen con sus amigos. No es recomendable que salgan a jugar a la calle ni que visiten a sus amigos, sin embargo, se puede dejar que hagan videollamadas supervisadas. “En esta época de cuarentena, también podemos ser flexibles con el tiempo que pasan viendo una pantalla”. Es importante invitarlos a que jueguen solos, que sean momentos para desarrollar la creatividad y la recursividad.
Por Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]