El tránsito: el más fiel reflejo de la (in)cultura ciudadana
De la edición impresa (Edición 310)
Del actual Alcalde de Medellín no esperaba milagros en infraestructura. Tal vez por falta de dinero, tal vez por priorizar la inversión social. En cuanto a temas tan complejos como inseguridad y desempleo, he aprendido a conformarme con mejoras en pequeña escala, siempre y cuando sean bien planificadas y se pongan en práctica con una mezcla saludable de autoridad y conocimiento.
Pero en otros temas más directamente asociados con la cultura y la participación ciudadana (su tema principal de campaña) sí espero y sí le exijo. Me refiero específicamente al tránsito vehicular y a su incidencia en la vida diaria de la mayoría de los habitantes de esta y de cualquier ciudad.
Nuestros problemas de tránsito son múltiples. A una infraestructura vial deplorable, se suma un diseño mediocre. Y termina por enredar las cosas una cultura –mejor, una incultura- que hemos dejado prosperar sin realmente intentar cambiarla. Estaba convencido (¿ingenuamente?) de que este Alcalde rápidamente asumiría un liderazgo firme y claro alrededor de un tema tan vital. Pero no lo ha hecho, ¡y se acerca ya al mediodía de su mandato!
Y se trata de educar al ciudadano, sin duda. De enseñarle a peatones y conductores cómo usar bien la ciudad. Pero claro, si las propias autoridades parecen no conocer las “reglas de juego” básicas –o actúan como si no las conocieran- mucho menos podrán exigir su aplicación. ¿Tendremos que iniciar entonces por capacitar a las propias autoridades?
Veamos, como ejemplo, el tema de la circulación por la derecha en dobles calzadas:
Esta es una de esas reglas de juego básicas en la mayoría de ciudades del mundo: que los vehículos lentos –¡todos! ¡siempre!- circulen por la derecha, dejando la izquierda libre para vehículos más rápidos. ¿De qué sirve tener doble calzada si gran parte de la población “circulante” no quiere –o no sabe, que es lo más probable- circular por la derecha cuando va lento? Norma que aplica a todos, pero en particular a buses, micros, camiones y, sobretodo, a motos y bicicletas.
Restringir la circulación por la izquierda de vehículos lentos hace mucho más seguras y eficientes las vías de doble calzada. ¿Cuántas otras medidas de control tienen la doble virtud de reducir la accidentalidad y mejorar la circulación?
Señor Alcalde, hace mucho tiempo debería usted haber iniciado una campaña para educar a los conductores sobre este asunto tan vital. Si ya sabemos administrar algo relativamente tan complejo como un pico y placa (memorizar días, horas, vías en las que sí, vías en las que no), ¿cómo no vamos a ser capaces de aprender y asimilar la norma de circular por la derecha?
Entretanto, nos desgastamos con normas relativamente inocuas como la de llevar las luces encendidas (¡ahí sí aparecen las multas!) y nos olvidamos de lo verdaderamente importante.
Alcalde y Secretario de Tránsito, hagan algo pronto o seguiremos en la cultura del zig-zag y habremos desaprovechado en buena parte las altísimas inversiones que actualmente se hacen en dotar de doble calzada a las vías más críticas para acceder y salir de Medellín.