/ Jorge Vega Bravo
Cada época cultural ha tenido manifestaciones artísticas que son un reflejo de la evolución de la conciencia humana. Las artes han jugado un papel central en la búsqueda del sentido de lo humano y se ubican a mitad de camino entre el pensar y la actividad transformadora y técnica de la voluntad. Ellas nos muestran el camino del medio y apelan a la búsqueda del equilibrio a través de lo bello. La medicina antroposófica y otros modelos integrativos se apoyan en las artes como herramienta terapéutica para trabajar en aspectos específicos de la enfermedad humana.El desarrollo intelectual precoz y excesivo que propone la educación actual, conduce al abandono temprano de las facultades artísticas que tenemos todos los seres humanos. “El organismo está construido por la acción de fuerzas plasmadoras que actúan artísticamente” ordenando la sustancia de manera bella y verdadera. En el arte viven fuerzas armonizantes muy profundas. Con la terapia artística el paciente adquiere fuerzas que le permiten enfrentar creativamente las crisis de la biografía y los problemas de salud (C. Botero).
Voy a introducir el papel de la música, la pintura y el modelado en el proceso curativo. Recuerden la profunda impresión que nos produce una sinfonía o una obra coral: mueven una amplia gama de sentimientos. “Esto es un indicio de que en la música las leyes del espíritu se expresan en el dominio del alma” (Evans y Rodger). La musicoterapia tiene una amplia gama de aplicaciones y se usa en los hospitales y las consultas con excelentes resultados. Profundizaremos en ella.
Los colores son alimento para el alma. Goethe hablaba del color como el sufrimiento de la luz en las tinieblas. Los colores y sus combinaciones en la pintura evocan fuertes sentimientos. “Mientras la música se sucede en el tiempo y la escultura en un espacio tridimensional, la pintura utiliza superficies planas” (Ibíd.) En la pintura terapéutica se hace el diagnóstico a partir de la observación del lenguaje plástico del paciente y esto se coteja con el diagnóstico clínico. La pregunta es: cómo se expresa el alma a través del color. “La composición resultante del hacer artístico es la expresión visible de las fuerzas plasmadoras que viven en el alma humana y reflejan su estado de salud o enfermedad” (C. Botero). El proceso terapéutico conduce a lograr un equilibrio a través del trabajo y la respiración del color. En la terapia artística el objetivo principal no es lograr una obra de arte, sino acompañar la curación del paciente a través del proceso de creación Este proceso es salutogenético. En nuestra consulta tenemos un grupo que hace pintura terapéutica como apoyo en el tratamiento del cáncer. El trabajo con acuarela sobre papel húmedo tiene un efecto vitalizante.
En la escultura no tenemos el efecto dramático que mueven la música o la pintura. El escultor trabaja con materiales físicos para lograr una forma tridimensional, así como el cuerpo vital construye las sustancias físicas para dar forma al cuerpo humano. La terapia de modelado está indicada en problemas donde hay incapacidad para dar forma, por ejemplo en una colitis ulcerativa, donde la inflamación destruye la forma. O en problemas psiquiátricos donde existe una gran dificultad para estructurar correctamente los pensamientos. Los terapeutas artísticos trabajan en coordinación con médicos y terapeutas y en conjunto apuntan a cubrir la necesidad terapéutica de cada paciente.
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