/ Juan Carlos Franco
A veces es bueno dialogar con las autoridades, hacerles preguntas para entender qué están pensando y haciendo frente a un tema. Ensayemos con la Secretaría de Transportes y Movilidad de Medellín (Sttmed), quién quita que respondan concretamente…
Va la primera: Sttmed, ¿de quién es la berma?
La berma es la franja de terreno justo afuera de las líneas de marcación en una carretera pavimentada. Con frecuencia también está pavimentada. Su anchura no debería ser inferior a 1 metro.
Es como la acera para una vía rural. Sirve para caminar, trotar, ir en bicicleta, etcétera. También para que un vehículo pueda hacerse a un lado de la vía temporalmente. Mientras se hace alguna reparación mecánica, o el niño hace pipí, o la tía de la banca de atrás alivia su mareo.
Volviendo a las bicicletas, la berma es el espacio más seguro –o mejor, el menos inseguro– para practicar ciclismo. Cualquier ciclista que pretenda subir Las Palmas por fuera de la berma, sobre todo de noche, tendrá un enorme riesgo de por esta vez no mejorar su tiempo personal en el ascenso.
Y bajando, como ya la velocidad es mucho mayor, ninguno usa la berma, todos van por la calzada principal, aumentando los riesgos para sí mismos y para terceros.
También la berma es usada por el vehículo acompañante. La esposa abnegada va detrás del esforzado deportista, frecuentemente en gran camioneta, subiendo a 10 Km/h o menos, ocupando, con gran riesgo para todos, media berma y media calzada.
Entonces, ¿de quién es la berma? Pregunto, Sttmed, ¿está permitido a los ciclistas llevar carro acompañante detrás?
Y hablando de peatones y trotadores, ¿por cuál berma deben circular? Únicamente por su derecha, como los ciclistas, o acaso tienen derecho a usar cualquiera de las dos, según su preferencia?
Y va la segunda: Sttmed, ¿se puede circular con vidrios polarizados oscuros?
De unos años para acá se ha vuelto común que los vehículos particulares tengan vidrios polarizados muy oscuros. Tanto, que desde afuera es imposible ver quién está adentro o cuántas personas viajan.
A comienzos de los 90 era obligatorio circular de noche por Medellín con la luz interior encendida, de modo tal que las autoridades pudieran identificar a los ocupantes.
Y ya hoy parece que todo está permitido, nos fuimos al otro extremo. Y sí, quizá sea una medida de protección efectiva. Si un potencial asaltante, aún a plena luz del día, no puede ver quiénes ni cuántos van dentro del carro, más lo dudará para atacar en busca del bolso o el celular.
El problema es que, como los demás conductores tampoco ven nada, no es posible establecer un contacto visual que permita leer las intenciones del conductor escondido. ¿Será que me vio, me está haciendo una seña, me meto o no me meto?
Y dígame ¿cómo hace un guardia de tránsito para darse cuenta si el conductor va hablando por celular, que es causa de tantos accidentes y está totalmente prohibido? O es que ya no?
Cuando uno le pregunta por Twitter a la Secretaría de Movilidad si tal vez ya se volvió legal en Colombia tener vidrios polarizados muy oscuros, le dan una respuesta muy ensayada: “Señor, todo está regulado en la Resolución 3777 de 2003 del Mintransporte”.
Y va uno a consultar la tal resolución, y de manera rotunda prohíbe la circulación de vehículos con vidrios “cuya transmitancia luminosa sea inferior al 70%” en vidrios delanteros. Y que todo carro por fuera de la norma necesita permiso expedido por la Policía Nacional.
Y que no portar el permiso se traduce en una multa de 8 salarios mínimos diarios vigentes (hoy, unos $5,5 millones).
Pregunto, Sttmed, ¿ustedes realmente aplican y hacen cumplir esta norma?
[email protected]