Un año y medio de pandemia por el COVID19 ha pasado factura al sector educativo. ¿Cómo garantizar la permanencia en las escuelas? Una conversación con la secretaria de Educación de Antioquia, Alexandra Peláez Botero.
Más de 500 mil estudiantes de educación básica y media tiene el departamento de Antioquia, en sus 125 municipios. Estudiantes urbanos y rurales. Algunos, con todos los recursos tecnológicos; otros, miles, sin siquiera luz eléctrica en su casa. Si en tiempos normales es complejo para la secretaría de Educación del Departamento garantizar la equidad del acceso a la educación para todos estos escolares, ¿lo lograron en tiempos de pandemia?
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Alexandra Peláez Botero es la secretaria de Educación de Antioquia. Economista, magíster en Gestión y Políticas Públicas, apasionada del tema de la educación, tuvo en sus manos la difícil tarea de manejar esta dependencia en tiempos de pandemia. Un reto de altas y bajas: la satisfacción de innovar en metodologías y proyectos para llegar a las escuelas más recónditas, pero también la decepción de entender que, por más esfuerzos que se hagan, el coronavirus cobrará su deuda en el retraso escolar y en la deserción.
¿Qué ha sido lo más difícil en este tiempo de pandemia?
Lo más difícil ha sido garantizar la continuidad del proceso educativo y del sistema. Hay niños que hacen parte de familias que, de verdad, tienen unas condiciones socioeconómicas muy precarias, y estos niños no tienen internet, pero además no tienen equipos para conectarse en sus casas, y la metodología de trabajo a través de las guías no ha permitido que los niños reciban la totalidad de los contenidos. Eso ha sido lo más difícil, porque, finalmente, hay vacíos conceptuales que los niños no han adquirido en este tiempo y que, a pesar de que se hacen grandes esfuerzos por parte del sector educativo, y en las familias también, ese es un tiempo que muy difícilmente se recupera.
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Efectos de la discontinuidad de ese proceso educativo son los niños que repitieron el año en Antioquia y los niños que desertaron del sistema. Ambas cifras muy complejas: tenemos 26 mil repitentes y 21 mil desertores, de acuerdo con las cifras oficiales del 2020. Y creemos que rescatar nuevamente esos niños, rescatar esos aprendizajes y reponer el tiempo va a ser una tarea titánica. No es solamente el regreso a la presencialidad; es también el apoyo de las familias y los maestros para que los niños y las niñas completen unos logros académicos y curriculares, a los cuales no pudieron acceder en este tiempo. Es un vacío que definitivamente vamos a ver en el sistema, en el largo plazo, en los resultados de las pruebas.
Yo lo he dicho en varias oportunidades: nosotros desatamos, creamos, lanzamos muchas herramientas para tratar de mantener una educación de emergencia que permitiera mantener la escuela abierta en la pandemia; sin embargo, esa educación de emergencia dista mucho de una educación de calidad, que implica unas horas de estudio mínimas, una presencialidad y una dedicación de más horas de estudio y de acompañamiento a los estudiantes.
El esfuerzo de la secretaría de Educación ha sido enorme en esta época de pandemia ¿De qué se enorgullece?
Dos logros importantes que están muy atados el uno al otro: un modelo de alternancia exitoso, y el compromiso del magisterio. Hay que decirlo: el compromiso de los maestros y las maestras que asistieron a ese ejercicio de alternancia en todo el departamento de Antioquia es precisamente el motor para que nosotros hayamos alcanzado esas cifras de alternancia. Porque, definitivamente, no hay lineamiento del gobierno, ni decreto, ni circular a través de la cual se pueda tener un modelo de alternancia exitoso. La alternancia depende, sí o sí, del compromiso de los docentes con su comunidad, y eso es lo que hay que aplaudir en Antioquia. El ejercicio del magisterio antioqueño ha permitido que, desde septiembre del año 2020 hasta junio del 2021, muchísimos de nuestros niños hayan logrado mantenerse en el sistema, seguir estudiando, estar activos, volver a las aulas, aún en medio de muchísimas condiciones difíciles -económicas y emocionales- para las familias, y también para los maestros.
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La alternancia en cifras
La secretaría de Educación de Antioquia inició en septiembre de 2020 un modelo de alternancia totalmente voluntario, en un programa piloto, que fue bien recibido por la mayoría de las instituciones educativas del Departamento.
Antes del receso escolar por vacaciones, más del 80 % de las instituciones educativas del Departamento, que agrupan el 54 % de los estudiantes, estaban abiertas, funcionando en modelo de alternancia. Son, en total, 276.159 estudiantes: 155.368 de las zonas urbanas y 120.791 de las zonas rurales.