Deberíamos reducir el uso del celular a algo urgente, aun más para los menores de 15 años; en adultos, seis llamadas al día y con una duración de entre dos y tres minutos cada una.
Los efectos de la radiación electromagnética en el organismo humano son poco reconocidos por las autoridades de salud y el nivel de protección general es muy pobre. Así como tenemos esmog en el aire, podemos hablar de un esmog electromagnético en el ambiente.
En Francia, la ley prohíbe la instalación de redes wifi en guarderías y obliga a desactivarlas en las escuelas primarias salvo durante actividades digitales.
Tanto la OMS como la ICNIRP1 hacen revisiones periódicas sobre la evidencia científica de los efectos de la radiación. Pero como dice el profesor de Oncología L. Hardell, “la norma está hecha para proteger a la industria, no a las personas”.
Nuestra protección frente a la radiación empieza en el cuarto de dormir. De hecho “mientras dormimos, somos más sensibles a los campos electromagnéticos”, subraya el profesor Belpomme, oncólogo especialista en contaminación ambiental, quien recuerda el caso de un adolescente que desarrolló síntomas de la enfermedad de Alzheimer después de haber dormido durante seis meses con el celular encendido bajo la almohada.
Para protegerse: deje el celular a tres metros de la cama, ya esté apagado, cargando o encendido; aun apagados, emiten campos magnéticos. Saque de la habitación o desconecte los aparatos eléctricos (televisión, computador, tableta). Incluso si están enchufados, siguen emitiendo campos electromagnéticos perturbadores. Por la misma razón, no conviene dormir cerca de una pared detrás de la cual esté instalado un dispositivo eléctrico.
Para proteger la calidad del sueño los expertos recomiendan desactivar el wifi. Y para proteger la salud de los niños hay que evitar los monitores de control para bebés, que emiten microondas por pulsos, muy peligrosas a esa edad.
La situación se complica en el día, ya que deberíamos reducir el uso del celular a algo urgente. Así, un organismo como el Centro de Investigación e Información Independiente sobre Radiaciones Electromagnéticas, aconseja que los menores de 15 años no utilicen el celular salvo en caso de urgencia y no llevarlo encendido a la altura del corazón o las caderas. Asimismo, es bueno usar un kit manos libres con cable, manteniéndolo lo más alejado posible del cuerpo y limitar el número de llamadas a seis al día y con una duración de entre dos y tres minutos cada una. Tampoco se debe acercar el celular activo al vientre de una embarazada. Es importante salir de sótanos, ascensores o zonas de poca cobertura para llamar. Al solicitar conexión en estas zonas, la potencia del teléfono se multiplica para tratar de alcanzar la estación base y satisfacer la demanda.
La tecnología es un regalo maravilloso, pero debe ser usada racionalmente para no impactar nuestra salud y nuestros ritmos.
- Comisión internacional sobre protección frente a radiación no-ionizante
- “brain tumour risk in relation to mobile telephone use: results of the interphone international case–control study”. international journal of epidemiology 2010; 1-20.