Recorrido de Vivir en El Poblado por el mundo startup. Una página para inspirarse y para conectarse. Disruptivos con cuento. Y con caja.
Hoy: Roldán Gourmet.
Desde el corazón de la Rioja Alta y desde Galicia viaja el producto que le está dando nuevas líneas de acción a la empresa que nació hace cuarenta años por idea de María Amparo Calle de Roldán y que hoy sus nietas extienden del plan original de casa de banquetes a la importación y distribución de vinos.
“Es una empresa familiar, enfocada en un producto tradicional. Nuestro esfuerzo hoy es por hacerlo diferente y por atender el desarrollo gastronómico que está viviendo la ciudad”, dice Laura Roldán, administradora de la compañía.
Hijas y nietas de doña María Amparo, de la casa Selecta, antes eventos Picardía del barrio El Velódromo, conocieron los viñedos españoles y esa fue chispa suficiente para darle vida al proyecto. “No conocíamos el mercado, pero nos bastó que nos gustaran la gente y su producto y nos aventuramos”.
En 2014 pudo sonar a locura: “importemos el vino y lo que no se venda nos lo tomamos”, dijeron en su momento y para conocer el mercado trajeron 12.000 botellas; luego pasaron a 5.000 botellas. Hoy tienen cinco empleados y reciben por año 9.000 unidades.
De barrera en barrera
Vender vino en Medellín es una carrera de obstáculos porque el hábito de consumo está en desarrollo y pone en las otras copas bebidas muy arraigadas. De la mano va que se cree que descorchar una botella solo está al alcance de conocedores y privilegiados y que la experiencia del vino solo se reserva para celebraciones especiales. Otro obstáculo suponen jugadores del bagaje de Dislicores, Marpico, Vinos Nobles o John Restrepo. Y, como si no fuera suficiente, está la reciente carga de impuestos que disparó los precios.
Y con todo y eso se animaron a competir: “nuestra clave ha sido el servicio, entendemos que el consumidor no está obligado a conocer de vinos y que quiere tener buenas experiencias. A los clientes les brindamos acompañamiento y asesoría y les corremos: si nos llaman un lunes por la noche porque quieren una caja de 12 botellas, allá estaremos”.
Los precios, entre 31.500 y 90.000 pesos, y el ofrecimiento de nuevas marcas, son otras anclas de un emprendimiento que ahora apunta por la consolidación nacional.
“El que más le guste a uno”
No habrá nunca consenso sobre cuál es el mejor vino de todos, pero en su portafolio Laura dice que tiene dos favoritos para recomendar, el blanco Albariño y el tinto que mezcla Tempranillo y Graciano, y que se suman a rosados y a cavas. Roldán Gourmet tiene crianzas, reservas y gran reservas, todo proveniente de viñedos pequeños y tradicionales, lo que en su opinión, garantiza calidad.
De este lado del negocio, el Club Campestre y los restaurantes Son y Melona y Lucio, además de Selecta eventos, como líder del mercado de fiestas y catering, son sitios que ya incluyeron los vinos en sus cartas. Además, el punto de venta, abierto en la Central Mayorista, consolida el mensaje que han querido propagar en el consumidor: el vino es una bebida cercana, común, para todos y para consumo cotidiano.
Esta historia se publica en alianza con la ANDI del Futuro, el gremio del liderazgo emprendedor de Colombia.
Tiene presencia en siete regiones del país, con más de 350 startup afiliadas y su propósito es trabajar para que el emprendimiento sea un motor de desarrollo social y económico.
Además con Parque E, como incubadora universitaria de negocios y prestadora de servicios especializados para startups de Medellín y el Urabá antioqueño.
Juan Felipe Quintero / [email protected]