Cómo evitar derrumbes, lección 1.1

 
Por: Juan Carlos Franco
Si por esas vueltas que da la vida a usted algún día le encargan hacer una carretera por estas montañas, siga estas sencillas instrucciones:
• Primero, tenga en cuenta que en Antioquia a veces llueve. Y a veces llueve duro. Y se ha oído, incluso, que a veces llueve duro varios días seguidos.
• Segundo, no olvide que esa lluvia podría mojar la vía y también la tierra cercana a la vía, pues son cosas que comúnmente se dejan al aire libre. Y esa agüita se mete dentro de la tierrita y podría dejarla flojita.
• Tercero, -aunque es evidente que el concepto no es del todo acogido por quienes hoy hacen carreteras en Antioquia- se advierte que la ley de la gravedad aquí también aplica, y las cosas tienden a caer hacia… abajo. Podría darse que parte de la tierra cayera sobre la vía si la lluvia la
aflojare.
• Cuarto, usted podría reducir el riesgo de derrumbe si, en vez de hacer cortes muy inclinados, los hace más tendidos. Porque -y sobre esto tampoco parece haber consenso- la tierra y las rocas se sueltan más fácil con el agua si la pendiente es muy pronunciada. O está bien, hágalos muy pronunciados, como se acostumbra por aquí, pero rece con mucha, muchísima fe para que en los próximos 10 ó 20 años no llueva muy duro.
• Quinto, aunque ya estemos exagerando y tal vez no se los exijan, hágale muchos y muy buenos filtros y canales arriba de los cortes, para recoger y desviar el agua de modo que no se meta por dentro de los taludes. Y si le sobran ganas y dinero, hágale cunetas decentes a lado y lado de la vía para evacuar con eficacia las aguas superficiales.
• Y sexto, advirtiendo expresamente que por aquí casi nunca se llega a estos extremos (pero a lo mejor usted quiere innovar), búsquese el modo de que todo lo anterior tenga mantenimiento periódico y de buena calidad.
Siga estas sencillas advertencias y su carretera rara vez tendrá problemas. Incluso si cuenta con tan mala suerte y… ¡llueve!
Pero cómo, protestará usted, ¡si me pongo a seguir ese listado tan complicado, todo saldrá más caro! Es más, ¡nunca me voy a ganar una licitación! Tranquilo, entonces no se las gane, pues los que se las están ganando van a perder hasta la camisa si les reclaman en serio por los desastres recientes, y los que deciden algún día entenderán que lo poquito que se ahorran haciéndola a lo pobre se perderá cuando caiga el primer derrumbe.
No se imagina usted lo costoso que le sale al Estado y a las personas cuando una vía se tapona por un derrumbe. Además del riesgo para la pobre gente que por ahí tendrá que circular… de la mercancía que se pierde… las propiedades que se desvalorizan… y de la tranquilidad y confianza que bien difícil será recuperar.
¿Por qué tenemos que padecer vías como la doble calzada Las Palmas, que no propiamente data de mediados del siglo pasado sino de hace 2 años? ¿Será porque alguien ingenuamente (por decirlo de modo suave) definió un presupuesto muy bajo para una obra tan importante?
¿Cuándo empezarán nuestras autoridades y gremios a desterrar esa costumbre tan nuestra de que lo que determina cuál opción se elige para una obra civil es fundamentalmente la menor inversión inicial? Nosotros los paisas, dizque tan vivos para los negocios, ¿es que no nos damos cuenta que siempre que escogemos lo más barato al final terminamos pagando mucho más? ¿Cuándo aprenderemos a mirar el largo plazo la vida útil de las cosas antes de decidir si son caras o baratas?
Malas noticias: ¡No hay señales de que esto ocurrirá en el corto plazo!

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