Millones de mujeres del planeta reciben cada mes una visita: la llegada del período o menstruación. El lugar del mundo en el que se encuentra determina la forma en que ésta se viva.
En algunos lugares de Etiopía, es común que las mujeres se aíslen de sus familias o se vayan de sus casas durante el tiempo que dura. En países como Israel hay baños rituales que se visitan cuando ha concluido el período, en señal del inicio de un ciclo nuevo. En algunos barrios de Nueva York, jóvenes que viven en refugios y de recursos económicos limitados reciben ayuda del gobierno para adquirir los productos que les permitan vivir este momento de forma digna, cómoda y apropiada. Asimismo, la Universidad de Columbia en Estados Unidos realiza algunas publicaciones para consignar cómo se vive esta experiencia en el país.
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En Colombia, las historias son tan diversas como las regiones y los rangos de edad. No hay políticas públicas al respecto y en la mayoría de los casos es un proceso privado e individual. Sin embargo, desde ahora, hay un elemento que cambia la historia de este tema: la caja de compensación familiar Comfama anunció esta semana la creación de un subsidio que permitirá a 2.700 adolescentes, entre los 12 y 18 años, y en las subregiones de Antioquia, acceder a productos como copas, toallas reutilizables o calzones absorbentes. Además de esto habrá talleres y charlas que permitirán a las mujeres entender cómo vivir mejor este proceso y sanar algún problema físico o psicológico asociado a él, en caso que sea necesario.
El primer subsidio menstrual del país
Juana Botero, educadora y responsable del Staff Dirección en Comfama, cuenta que esta iniciativa parte de la creencia que “es posible vivir una menstruación consciente, pero reconocemos que el contexto y las condiciones de desigualdad incrementan los desafíos y las brechas sociales entre las mujeres y personas menstruantes. Así que abrimos esta conversación, nos conectamos con la ciclicidad que además de engendrar vida, permite vivir procesos sanos y equilibrados, y pusimos en marcha el subsidio de Menstruación Consciente, a través del que esperamos abrir diálogos que contribuyan a superar la pobreza menstrual y aportar culturalmente al cuidado del medioambiente y la promoción de la salud física, mental y social de las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes”.
“En Comfama creemos que es posible vivir una menstruación consciente, pero reconocemos que el contexto y las condiciones de desigualdad incrementan los desafíos y las brechas sociales entre las mujeres y personas menstruantes. Así que abrimos esta conversación, nos conectamos con la ciclicidad que además de engendrar vida, permite vivir procesos sanos y equilibrados, y pusimos en marcha el subsidio de Menstruación Consciente, a través del que esperamos abrir diálogos que contribuyan a superar la pobreza menstrual y aportar culturalmente al cuidado del medioambiente y la promoción de la salud física, mental y social de las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes”, agregó Juana Botero, responsable del Staff Dirección en Comfama.
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De acuerdo con cifras compartidas por Comfama, este proceso mensual, en Colombia, representa para las personas un gasto anual de alrededor de 180.000 pesos, una quinta parte del salario mínimo de 2021. Para agosto de 2021, según proyecciones del DANE, 683 mil colombianas no pudieron acceder a elementos higiénicos para gestionar su menstruación. Por otra parte, 312,6 mil personas no tienen acceso a un inodoro seguro, limpio y privado, poco más de la población de Turbo, Apartadó y Necoclí juntos.
Estos subsidios se entregarán a manera de bono y podrán ser generados desde el 1 de noviembre hasta el 14 de abril del 2022. Podrán ser redimidos hasta un mes después de su generación y serán asignados de acuerdo con las categorías salariales de los afiliados a Comfama.