Hace más de tres años que escribí en este periódico mi última columna bajo el seudónimo de Doña Gula, la cual titulé “Un sabático para seguir engordando”. Meses más tarde, Julio Posada (director del periódico) se nos fue de este mundo precipitadamente. Por esta razón escribí un breve comentario “Mi pequeño gran amigo”, en el cual, además de confesar que era Julio quien 18 años antes me había bautizado Doña Gula, también tomaba la decisión de finalizar mi vinculación con este entrañable periódico. En días pasados recibí una cálida invitación de María Eugenia, Martha y Manuel Posada para reintegrarme al periódico; no lo dudé ni un instante y aquí estoy de nuevo con la mejor intención de seguir escribiendo crónicas y comentarios sobre el delicioso, pero muy frecuentemente maltratado tema de La Cocina. Los 18 años anteriores, que dediqué completamente a este género periodístico, me permitieron guardar archivos donde reposan no una, ni dos, ni tres, sino varias secciones temáticas, y estas, a su vez, con cientos de columnas y diferentes alias o motes, a guisa de ejemplo: Cocina para Profanos, Visitamos & Sapotiamos, De Ronda por Manteles, Despensa de Noticias, Historia de Recetas Famosas, Apuntes de Servilleta, Por las Cocinas del Mundo; A Ojo Cerrado; El Mundo de las Carnes…todos bajo la autoría de: Don Paladar; Tres Paladares; Solomito de tal; Doña Gula…
A partir de esta semana y bajo mi propio nombre retomo esta colaboración con la mismas intenciones que caracterizaron mis trabajos anteriores, es decir sin pretensiones de alta sabiduría, ni mucho menos en aras de pregonar un arrollador y vanguardista conocimiento gastronómico… todo lo contrario: reivindicaré lo elemental, lo trivial y lo más sencillo en el mundo del fogón y en los avatares cotidianos del oficio culinario. Con absoluta seguridad, voy a repetirme en muchos temas y, con seguridad, quemaré paladares involuntariamente… y eso sencillamente me va a pasar “por meter la cucharada”. Antes de poner punto final a esta introducción, saludo a mis colegas de brigada de página (Álvaro Navarro y Álvaro Molina), de quienes no me despedí hace tres años. Álvaros, me encanta volver a trabajar con Ustedes y espero que muy rápidamente compartamos copas, viandas y conversa, alrededor de una misma mesa… ¡Yo invito!
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