Uno de sus elementos centrales es evitar los procesos de intelectualización precoz. El niño aprende a andar, hablar y pensar por imitación y asombro, y el mejor entrenamiento es un ambiente cálido.
El 19 de septiembre de 1919, Rudolf Steiner y un grupo de doce maestros formados por él, inauguraron la primera escuela Waldorf en Stuttgart, Alemania. La iniciativa surgió en respuesta a una solicitud de Emil Molt, propietario de la Fábrica de Cigarrillos Waldorf-Astoria, para educar a los hijos de los empleados.
Steiner preparó el proceso dando un curso a los maestros, con las bases de la educación del niño a la luz del modelo antropológico de la antroposofía. Frente a la pregunta por un método educativo, afirmó en una conferencia dictada en Berlín en 1907: “Voy a concentrarme en uno de nuestros más trascendentales problemas: el educativo. No plantearé requerimientos ni programas, simplemente describiré la naturaleza del niño y de esa naturaleza en vías de desarrollo, surgirá por sí sola la teoría educativa”.
Y en 1919, antes de iniciar las clases, impartió tres ciclos de conferencias: El Estudio del Hombre como base de la Pedagogía, Metodología y Didáctica y Coloquios Pedagógicos donde pone las bases del método.
Destaquemos dos elementos centrales de la Pedagogía Waldorf:
- Evitar los procesos de intelectualización precoz en el niño pequeño. El niño de esta edad aprende a andar, hablar y pensar por imitación y asombro, y el mejor entrenamiento es un ambiente cálido, con adultos que resuelvan sus necesidades y generen un apego saludable y con la opción de aprender haciendo y jugando, no congelados frente a una pantalla. (Leer columna de 2.08.18 en vivirenelpoblado.com: Por una infancia no digitalizada).
- La importancia del ritmo en los procesos de crecimiento y en las tareas educativas. La salud humana está muy ligada a los ritmos. Podemos afirmar que la Pedagogía Waldorf es un camino educativo salutogénico. “Educar es un curar silencioso”.
Actualmente hay más de mil escuelas Waldorf independientes en todo el mundo. En Colombia esta pedagogía tiene una importante presencia. El primer colegio fue el Luis H. Gómez, fundado en Cali hace 40 años. En Medellín la Pedagogía Waldorf fue difundida por Doña Benedikta zur Nieden de Echavarría, quien fundó el Colegio Isolda Echavarría hace 34 años. Luego vinieron el colegio Rudolf Steiner, en La Estrella; el colegio Ramón Arcila, en El Carmen de Viboral; y los colegios Paraísos de Color y Pachamama, en Medellín. En Bogotá, el colegio Inti-Huasi y el CES Waldorf, en Chía; el Colegio Monte Cervino, en Santa Rosa de Cabal; el Liceo Micael y numerosos jardines de infancia en todo el país.
Steiner insistió en que la “la cuestión pedagógica es una cuestión social y la cuestión social resulta ser una cuestión médica”. La pedagogía Waldorf es, en definitiva, una educación para la libertad, que se nutre de las artes y ve al ser humano como un todo.