Hace 23 años y 500 ediciones que nació este periódico cuyo nombre en un principio tuvo más de un detractor, pero como decimos en cocina: “… cuando una cosa tiene buena sazón, no importa ni de dónde viene ni cómo se llame”, razón por la cual rápidamente se convirtió en un elemento indispensable y consentido para una heterogénea comunidad de habitantes de esta admirada y convulsionada zona de nuestra ciudad.
Recuerdo de manera patética a Julio Posada y Gabriel Abad leyendo en una mesa del Niágara, con carcajadas de hilaridad y revisando como auténticos correctores de edición, cada página, cada columna, cada palabra, cada letra del primer número en circulación. Ese día, con una felicidad que se les desparramaba por todo el cuerpo, amasaron la idea de hacer una columna de culinaria a partir del segundo número, columna que se transformó en página, luego en separata y desde hace muchos años en la reconocida y bien leída sección La Buena Mesa. Así nació hace 500 ediciones esta sección de la cual podemos asegurar no existe ni ha existido en el periodismo colombiano una propuesta similar y vigente. No pretendemos ser únicos, queremos expresar sí que desde aquella primera columna culinaria y hasta la fecha, Vivir en El Poblado encontró y reconoció la importancia de un género periodístico cuya fortaleza, a diferencia de otras modalidades del oficio, era que aparecía sumamente olvidado y tenía un enorme panorama de posibilidades. Sus editores lo involucran como un tema para todas sus ediciones y le otorgan la misma importancia que a los asuntos de civismo, administración pública, arte, literatura y urbanismo. Por todo lo anterior, La Buena Mesa toma un prestigio único; todo el mundo la lee, la comenta y la espera, y hoy da gusto constatar cómo sus lectores la comentan a diestra y siniestra en los foros y tertulias que sobre el tema aumentan cada día en nuestra ciudad. Quede claro: estamos y seguiremos convencidos de la bondad y acierto de este género periodístico por el cual hemos apostado tanto, seguiremos apostando y nos sentimos auténticos ganadores. Así las cosas, queremos hacer extensiva nuestra sencilla celebración, reconociendo la calidad y el compromiso de todos aquellos colaboradores que durante todos estos años han pasado por las páginas de La Buena Mesa, pues es gracias a ellos que hoy saboreamos lo que estamos saboreando… Va entonces un sincero agradecimiento para Sergio Herbiet, Saúl Álvarez, Olga Clemencia Villegas de Estrada, Anita Botero, Álvaro Molina, Álvaro Navarro y Bibiana González. En lo que a mi concierne, me encargaré de llevarle las felicitaciones a Doña Gula.
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Así empezamos
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