Adriana María Aguirre se encuentra aislada en su casa en Bogotá desde el 15 de mayo. Dos días antes se detectó un brote de COVID-19 en el centro de salud en el que trabaja como médica, y ella estuvo entre los contagiados. Por esta situación debió confinarse junto a sus dos hijos, una adolescente de 15 años y un niño de dos años. Las pruebas de ambos dieron resultado negativo.
Aunque días antes del diagnóstico sintió más de congestión nasal de la que habitualmente padece, y una irritación en sus ojos, Adriana manifiesta que no ha sentido ningún otro síntoma. Ni fiebre, ni dolor de cabeza ni malestar corporal.
Como vive junto a sus dos hijos, por prevención prefirió que ellos permanecieran en la casa, para no expandir el virus en otros familiares, pues ella ya tenía el diagnóstico positivo. Además, la niñera que se los cuida mientras trabaja también se aisló, pero en su propio hogar.
Comenzó entonces lo que ella llama un “aislamiento inteligente”, aunque fue inevitable mantener el contacto con los hijos, en especial con el menor de dos años en cuestiones básicas de su cuidado, si bien la joven de 15 años le asiste en la mayoría de tareas del hogar.
“Tengo mi tapabocas médico, hago limpieza constante de pisos y superficies con cloro, me lavo las manos con frecuencia, antes y después de cocinar también, y utilizo un único baño; mis hijos van a otro. Uso mis propios cubiertos para comer y no nos sentamos juntos en la mesa”, señala Adriana.
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“En el edificio nos ayudan mucho”
Contrario a lo ocurrido en otras urbanizaciones del país, en donde vive Adriana ha sentido el apoyo de sus vecinos y de la administración.
Cuando llegan los domicilios, el vigilante rocía con alcohol los productos y se los sube hasta el apartamento, ubicándolos en la puerta y avisándole que ya se los dejó allí. Ella abre y los recoge. “En el edificio nos ayudan mucho para que no tengamos que salir a nada”, sostiene.
Aunque ha sido duro compartir con sus hijos pero a la vez mantener distancia de ellos, Adriana ha buscado la manera de organizar sus tiempos para prestarles atención en las actividades de la guardería y el colegio, y además mantener el orden en casa.
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