En la antigua vía que va de Medellín a Rionegro, está Ricas Arepas.
Son arepas de chócolo hechas en callanas y en horno de leña. Son esponjosas, suaves y deliciosas. Si nunca ha parado, es momento de que se baje del carro.
Era una caseta pequeña, diminuta. Ricas Arepas apareció en el kilómetro 5 de la vía El Retiro – Rionegro hace 12 años como una revelación. Hoy, han más que duplicado su tamaño y es normal que los fines de semana en la tarde se haga una gran fila. Las arepas valen la pena.
¿El secreto?
Muelen el maíz tierno todos los días, materia prima para una arepa que una vez se prueba nunca se olvida. Hecha a mano, es llevada a un horno de leña que le da un suave sabor a humo, que juega con el dulce del chócolo. Una vez está lista, dorada y tostada por fuera y suave y esponjosa por dentro, la parten a la mitad, le ponen generosa cantidad de mantequilla de vaca y la rellenan con quesito artesanal.
¿Quién es capaz de decirle no a semejante delicia?
Acompañada con aguapanela o chocolate es, simplemente, un paraíso.
Por: Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]
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