Comienzo esta opinión diciendo lo que ya en redes sociales también manifesté: desde hace diez años trabajo en el campo de la comunicación digital, monitoreo de redes sociales, gestión, estrategia y asuntos similares, y puedo intuir un poco los propósitos de los informes de la Alcaldía de Medellín, hechos por una empresa externa y que ha traído ciertos líos a la administración.
Quisiera comenzar con la respuesta del alcalde a la publicación sobre los perfilamientos que han hecho a algunas cuentas en redes sociales. Él jocosamente lo tomó como chiste y su grupo de aliados que trabajan o lo siguen en la administración, se fueron contra el periodista.
Vale la pena decir, ese mismo periodista se ganó un premio por un gran trabajo periodístico realizado con la bodega de Fico, acción liderada por la única persona, además de Fico, que manejaba su cuenta de Twitter, Mateo Vahos, quien además, desde su cuenta personal, atacaba a algunos amigos llamándonos mamertos y demás, muy al estilo del uribismo, lugar afín a su línea de pensamiento.
Pero no vamos a hablar de Fico, suficiente con sus videocolumnas, aunque lo traigo a la conversación porque entre la bodega del ex alcalde y estos perfilamientos de la administración de Daniel Quintero, no hay mucha distancia: es un acto de seguimiento, de buscar enemigos.
Viendo los ocho informes que me llegaron de dichos monitoreos, buscan clasificar de acuerdo con sus intereses. Qué bueno, allá ellos, el problema está en la forma de clasificar.
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Los informes no solo monitorean, dan líneas para contrarrestar los cuestionamientos que se le hacen a la administración (como si la ciudadanía no pudiera hacerlo), pero a esto ellos le llaman “ataques” y si es “opositor”, le llaman “cibermilitante”.
Por ejemplo, en uno de los informes, el 4 de mayo, uno de los comentarios dice que en redes sociales siguen cuestionando los pagos de cuotas políticas que al parecer venía haciendo la administración. El informe recomienda: “sería pertinente reactivar temática de ruido positivo para mitigar el alcance de esos contenidos”.
¿Lo traducimos? Ya ha pasado, cada que hay una crisis por un tema que la administración no tiene cómo responder, el alcalde sale con algo que capta la atención en medios y permite desviar la discusión. Sucedió recientemente, justo con el tema relacionado en este texto, el alcalde decidió anunciar que llegó la hora de reactivar la economía, cosa que, sin duda, generaría un impacto importante en medios de comunicación y así, bajar un poco el ruido de los perfilamientos.
Basta con mirar en las redes sociales del secretario de comunicaciones de la Alcaldía de Medellín, una serie de argumentaciones que van en contra de lo que él manifestó en medios de comunicación.
Este secretario ya ha venido teniendo actuaciones sistemáticas y dudosas, como los contratos a los medios comunitarios, el enfilamiento de cuentas institucionales para ser un comité de aplausos a lo que diga el alcalde y estos contratos con la empresa encargada de monitoreo, hecho a dedo, debido a que el presupuesto “no era mucho” y que nos ha mostrado que su intención es otra.
La administración puede seguir diciendo que esto es un monitoreo, pero la ciudadanía más crítica o los perfilados que estamos ahí en esos informes, diremos que es otra cosa.
Yo, que trabajo en el campo diré que eso es otra cosa y hasta que no digan el motivo por el cuál llaman “cibermilitantes” a un grupo de personas, sus argumentaciones carecen de mucha veracidad.
Por: Daniel Suárez M.