Gracias al silencio de la cuarentena podemos disfrutar del canto de estas 14 especies de aves en Medellín

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Por estos días de cuarentena, además de menos ruido en la ciudad y más calma en el diario vivir, hemos pasado más tiempo en casa, y lo más importante, hemos tenido tiempo para observar y para escuchar.

Es probable que muchos de ustedes se emocionen al ver algún pajarito, tomen fotos y hagan grabaciones de esos visitantes emplumados que nunca habían visto antes; muchas de estas llegan a la redacción de Vivir en el Poblado, y por ello me encantó la invitación del periódico para compartir con los lectores algunas de las especies de aves, que estoy casi seguro, están registrando como novedades para ustedes, pero que de no ser por el ritmo acelerado en el que siempre andamos, ya las hubieran visto.

La verdad es que son aves comunes y han sido nuestras vecinas desde siempre, sólo necesitamos un poco más de tiempo y calma para observar y escuchar la naturaleza.

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  1. Cada día es más común encontrarnos con las escandalosas Guacharacas (Ortalis columbiana) en la ciudad. Estas gallináceas de gran tamaño, son netamente frugívoras e incluso visitan comederos de banano en algunas casas y balcones donde diariamente las alimentan. Puede que aún no hayas visto una guacharaca en tu barrio, pero casi que con seguridad, si las has escuchado, especialmente temprano en las mañanas.Escuchar aquí
Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • El rapaz urbano por excelencia, y que muchos de ustedes han visto con seguridad, es el
    Gavilán Caminero (Rupornis magnirostris). Vuela sigiloso, se percha por unos segundos en una rama mirando alrededor y buscando presas (lagartijas, ratones, ranas, insectos grandes, entre otros), y sigue su camino silenciosamente. Pero cuando a esta ave rapaz le da por cantar, no hay quien la pare. Con seguridad, al escuchar aquí su canto y llamado, vas a reconocerlo inmediatemente como uno de tus vecinos habituales.Escuchar aquí

     

  • Foto cortesía Mary Torres
  • La Caravana (Vanellus chilensis) es uno de los pájaros más vocales y más notorios de zonas abiertas, como las canchas de fútbol, en la ciudad. Casi siempre están en pareja o en grandes grupos de hasta 10 individuos, y defienden ferózmente sus nidos si uno se aventura a pasar cerca de ellos. Esta especie tiene una voz bien familiar para todos; si quieren verlas, párenle bolas a las glorietas del aeropuerto José María Córdova que ahí siempre están. Escuchar aquí
  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • Una de las aves favoritas de muchos, sin duda, es el Barranquero (Momotus aequatorialis) que como su nombre común lo indica, anida en cavidades profundas que construyen en pareja, en barrancos o taludes. Es un pájaro grande y notorio que se percha por períodos prolongados de tiempo, muy quieto, y además de su hermosa corona de color azul turquesa, las plumas azules de su cola terminan en simpáticas raqueticas. Tiene un canto gutural, repetitivo, y suave, que te sorprenderá. Escuchar aquí
  • Foto cortesía Lis Möller
  • El Pájaro Carpintero que todos vemos en los parques de los barrios, a lo largo y ancho de la ciudad, se llama Melanerpes rubricapillus, que como su nombre científico en latín nos dice, tiene el “cabello” o la cabeza roja. Los carpinteros en general son silenciosos, y sólo vocalizan unas cuantas veces al día; pero cuando lo hacen, su presencia se delata inmediatamente. Escucha aquí
  • Foto cortesía Mary Torres
  • La Pigua (Milvago chimachima) es uno de los nuevos vecinos en la ciudad que ha venido de tierra caliente desde el valle del Río Porce. Con seguridad, desde hace algunos años muchos de ustedes los han podido detectar debido a sus fuertes y estridentes
    vocalizaciones mientras están perchados en lo alto de la cornisa de un edificio. Escucha aquí

     

  • Foto cortesía Mary Torres
  • Sin importar en que municipio vivamos, todos los habitantes del Valle de Aburrá tenemos
    el privilegio, casi diario, de ver y escuchar alegres loras, guacamayas y periquitos por todos lados. Una de las especies más fáciles de reconocer por su canto es la Lora llamada Amazona ochrocephala. Esta especie canta un poquito menos estridente y más grave que las demás loritas que vuelan en parejas todas las tardes a lo largo del Valle de Aburrá regresando a sus dormideros. Escuchar aquí

     

  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • El atrapamoscas conocido como Bichofué (Pitangus sulphuratus) es una de las aves más comunes y ruidosas que tenemos en el Valle de Aburrá. Son de pecho amarillo y espalda colorada color canela, con una mascarita negra en la cara y cejas blancas. Su nombre es onomatopéyico, lo cual significa que fue nombrado con una palabra que describe su canto. Si lo escuchas, vas a entender el concepto inmediatamente. Escucha aquí
  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • Tal vez una de las aves más conocidas por todos es el Sirirí (Tyrannus melancholicus); sin duda nos trae recuerdos de los papás diciéndonos “no seás tan sirirí y quedate quieto”, lo cual es una buena recomendación para estos días de cuarentena. Pues bien, aunque el Sirirí es ampliamente conocido (cabeza gris, espalda gris más oscura, y amarillo al frente) su canto suele pasar desapercibido. Escuchar aquí
  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • Una de las aves que mejor conocemos por su canto en nuestra ciudad, es una mirla que
    localmente llamamos Mayo (Turdus ignobilis). Y lo llamamos así porque es precisamente durante ese mes del año, al inicio de su temporada reproductiva, que esta especie canta más notoriamente. Recuerdo una vez haber grabado uno de esto pájaros durante 45 minutos al amanecer antes de las 5 de la mañana en mi antigua casa en el barrio Simón Bolivar; aquí se las dejo.Escuchar aquí

     

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  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • El Cucaracherito (Troglodytes aedon) es sin duda uno de los cantores más refinados y melódicos que puedes escuchar en los alrededores de tu barrio ya que les encanta anidar en los huecos de los ladrillos de las edificaciones. Una de las palabras de su nombre científico, aedon, es la palabra en latín para el Ruiseñor, una de las aves canoras más conocidas y melódicas en Europa.Escuchar aquí
  • Foto cortesía Wilmer Quiceno
  • El Azulejo (Thraupis episcopus) y 13. el Verdulejo (Thraupis palmarum) son bien parecidos (aunque, ¡quién lo creyera!, el azulejo es más azulejo y el verdulejo más verdulejo) y les encanta arrimar en parejitas a los comederos de banano que la gente les pone en la ciudad. Sus cantos son muy similares; incluso para los que hemos estado observando aves por años, a veces puede ser complicado diferenciarlos. Compáralos. Escuchar aquí el Thraupis episcopusEscuchar aquí al Thraupis palmarum

     

  • Verdulejo. Foto cortesía Wilmer Quiceno
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    Azulejo. Foto cortesía Wilmer Quiceno

    14. Hay una especie que aunque es muy común de escuchar en la ciudad, casi nadie la
    reconoce. Se trata del Papayero (Saltator striatipectus) que aunque es gordo y de buen tamaño (un poquito más grande que un azulejo), es más fácil detectarlo por su repetitivo e infatigable canto. Aquí se los dejo como tarea a ver si lo adicionan a la lista de sus vecinos emplumados. Escucha aquí

    Foto cortesía Mary Torres

    Gracias a Wilmer Quiceno, a Mary Torres y a Lis Möller por las hermosas fotografías que
    acompañan este artículo; asimismo, mil gracias a Álvaro José Rodríguez Cardona, Natalia
    Yepes, Kent Livezey, Andrea Lopera-Salazar, Hotel Tinamú, David Monroy Rengifo, Danny
    Zapata-Henao, Jerome Fischer, Nikol M. Ángel y a Johana Zuluaga-Bonilla por deleitarnos
    con sus grabaciones de aves que gentilmente subieron a la plataforma de XenoCanto. Lis
    Möller revisó el texto.

    Diego Calderón-Franco es biólogo de la Universidad de Antioquia y ha sido pajarero por más de 20 años. Guía de viajes de observación de aves para extranjeros en Colombia y otros países latinoamericanos. En Instagram: @diegocolombiabirding.

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