En este 2020, las estrellas nos pasaron por el frente. Hoy Colombia compite con el minicircuito del Medio Oriente (Arabia y Emiratos), que tiene más dinero y compromisos de patrocinadores.
El Tour Colombia es un sueño hecho realidad. Tener equipos europeos en nuestras carreteras, campeones de grandes vueltas rodando por el patio de casa y agrupar a los escarabajos que solo corrían en Europa era un deseo que por fin vio la luz. Pero hoy, en plena tercera edición, asalta una duda: ¿despertaremos rápido de nuestro sueño?
El Tour Colombia es una fiesta en las calles. Los ríos de personas, la cantidad de aficionados y el fervor por el ciclismo es el punto más alto, que nunca estará en discusión. La carrera llegó para llenar la necesidad de una competencia de élite y los aficionados la acogieron con fervor y entrega.
Es difícil hacer una carrera de varios días por fuera de Europa e imposible meter la Vuelta a Colombia o el Clásico RCN al escalón mayor de la UCI. El Tour fue una buena solución. Con nuestros escarabajos como caras visibles, el 2018 tuvo una carrera muy nacional (top 5 local) en el Eje Cafetero, con triunfo de un jovencito Egan Bernal. Al año siguiente, en Antioquia, Chris Froome engalanó la ruta que vio triunfar a Miguel Ángel López, dejando atrás al líder del Tour, Julian Alaphillippe y a quien un par de meses después ganaría el Giro, Richard Carapaz.
Este año, el altiplano cundiboyacense es la sede, con meta en Bogotá. No está Froome (recuperándose de dolencias), tampoco Alejandro Valverde (había sido anotado, pero no llegó). Se sumó Fabio Aru, se mantienen Alaphillippe y Bob Jungels. Entre los locales está Egan con el Ineos (plantilla con cinco latinos y un europeo), pero no acudieron Superman López, Nairo Quintana ni Fernando Gaviria, de escuadras que montaron calendarios diferentes. Tampoco el lesionado Rigoberto Urán. El cartel está, por no decir menos, estancado.
En este 2020, las estrellas nos pasaron por el frente. Remco Evenpoel, el niño maravilla, acaba de competir en Argentina, pero pasó derecho y no se quedó para correr, pese a que su equipo sí lo hará. Peter Sagan, tres veces campeón mundial, entrenó varios días en Rionegro, pero su Bora Hansgrohe no firmó. El número de equipos World Tour no subió y el poderoso Astana fue reemplazado por el aún ascendente Israel Cycling Academy. Hoy Colombia compite con el minicircuito del Medio Oriente (Arabia y Emiratos), que tiene más dinero y compromisos de patrocinadores (Bahrein, UAE, entre otros).
El Tour, que en lo económico se mantiene gracias al Gobierno Nacional, juega su etapa más importante en 2020. Se consolida como una gran carrera o nos hace despertar de este gran sueño que es tener un poco de Europa en nuestra casa. Afición y talento hay. ¡Vamos!