Algún extranjero que escuche esto y no haya venido aún a la ciudad, pensará que por el hecho de tener tantas lomas y estar subiendo y bajando tanto, somos expertos en el tema. Y sobretodo, que las autoridades, siempre tan conscientes de su responsabilidad en brindar seguridad a los ciudadanos, ejercen un control estricto sobre los vehículos que suben y bajan por estas lomas. Siempre buscando prevenir accidentes. (¡Excúsenme un momento me río con ganas!).
Pero no. Como con tantos otros temas ya denunciados en esta columna, pasa totalmente desapercibido. Por las lomas de El Poblado, por Las Palmas y sus vías de acceso, por El Escobero y por incontables vías de las comunas de Medellín que sobreviven agarradas de la montaña, a toda hora están subiendo y bajando buses, volquetas y camiones en las más precarias condiciones de seguridad.
No sobra recordar que muchos de estos vehículos hace tiempo deberían haberse quedado en alguna siderúrgica. Y tampoco sobra recordar que, especialmente en El Poblado, van sobrecargados de materiales de construcción. Y todos tan tranquilos, circulamos delante o detrás de estas torpes reliquias que en cualquier momento pierden los frenos.
Hace poco, por ejemplo, se accidentó aparatosamente un camión de transporte de caballos por la Loma del Escobero. Un muerto humano y otro equino, además del cierre de la vía por varias horas. ¿Cuántos buses han perdido los frenos por la loma de Isa? ¿Cuántos muertos llevamos en los últimos años? ¿Qué medidas correctivas urgentes se tomaron después de los accidentes?
Es hora de que los directivos de tránsito se vuelvan serios con este tema y que los pocos agentes que quedan (tema obligado de una próxima columna) ejerzan controles verdaderos para evitar accidentes. Por ejemplo, por las lomas de El Escobero y de Isa tiene que prohibirse de manera absoluta la circulación de vehículos de más de dos ejes. ¡Pero ya! Para subir y para bajar.
Ojalá nuestras distraídas autoridades tomen medidas urgentes, pues luego de todo lo ocurrido, al próximo accidente que ocurra debería rodar, como mínimo, la cabeza del señor Secretario de Tránsito.
Y que no crean que con poner alguna tímida señalita salvan su responsabilidad.
Y para rematar: ¿No habrá quién concrete a las empresas de concreto, tan famosas ellas y tan conocidas? Pasan y pasan los días y riegan y riegan concreto sobre las vías de El Poblado. Así como ya obligamos a los dueños de perros a salir con palita para limpiar sus excrementos, ¿no sería más importante hacerlo con las mezcladoras de concreto? Aló Cemex, Argos, Holcim… ¿Hay alguien ahí?