Las flores no son solo para adornar un jardín o un florero. Existen decenas de especies de flores comestibles que ponen color y sabor en el plato. Así se cultivan.
Debajo del invernadero el frío es solo un vago recuerdo. Entre hojas y verduras, una esquina está llena de color. Son flores comestibles.
Pomario es la empresa que las cultiva, las cuida y las mima. Juan Pablo Botero, encargado de la producción en los cultivos, cuenta que las flores son delicadas y así como un chef debe entender perfiles de sabor y aromas para incluirlas en un plato, el agricultor debe hacer lo mismo para su cultivo. “Hay flores que deben estar bajo el invernadero, otras son de clima frío y deben estar afuera”. Pequeños cambios afectan y hacen que las plantas no florezcan.
En el plato
Cada flor es un mundo. Unas aportan sabor y aroma, otras, simplemente, color. Se trata de entender sabores, hay unas que tienen notas dulces, otras ácidas, algunas, como la del ajo, concentran sabores (una de estas, por ejemplo, nunca debería ir en un plato). “Una flor no se puede subestimar, su presencia puede cambiar todo el perfil del plato”, dice Juan Pablo Botero.
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