San Pedro de los Milagros es el municipio que más produce leche por metro cuadrado en Colombia.
Ordeñar es un trabajo exigente y rutinario que no todos quieren hacer. Así llega la leche del campo a cajas y bolsas.
Por: Juan Pablo Tettay de Fex / Foto Luis Eduardo Noriega, Agencia Efe.
La vaca Clavellina lleva ya diez minutos esperando. Delio de Jesús Arboleda, 65 años y propietario de la finca La Campiña, sigue ocupado en la asamblea del acueducto de la vereda Pantanillo. El ordeño empieza a las tres en punto y Delio está retrasado.
Las vacas se empiezan a agrupar alrededor de la carpa que protege la máquina que les extraerá la leche. De la nada, aparece Delio. Saluda y los animales, que aún estaban distantes, llegan. Arman una fila y saben esperar su turno. Primero, Delio desinfecta las ubres y luego, con la mano, aprieta tres veces: “el despunte ayuda a desechar todas las bacterias que puedan contaminar”. Luego, conecta las pezoneras y comienza la extracción.
Hasta 2012 hacía todo el proceso a mano, pero gracias a la ayuda de corporaciones logró comprar una máquina que reduce el tiempo de trabajo: “me demoraba dos a tres horas, hoy es solo una”, cuenta mientras una de las 16 vacas que tiene acosa por ser la siguiente. Al terminar, desinfecta las ubres con yodo. Después del ordeño, debe guardar la leche en un tanque de refrigeración.
Delio produce por día 230 litros y Colanta los recoge cada día de por medio. Dice Hernando Camargo, zootecnista de Interactuar y asesor de La Campiña, que por la calidad del producto de esta finca, la leche de se usa para hacer queso: “si fuera para leche fresca, lo más seguro es que al día siguiente de ser recogida, ya estuviera en un punto de venta”. Y de ahí, ¡a la mesa!