Fernando Gaviria el segundo colombiano en ser líder del Tour y dueño de 34 triunfos en sus dos años y medio en Europa, dejó al conjunto que logró 73 victorias en el año, por uno que apenas llegó a la docena.
El ciclismo no es un deporte de ricos. Ni sus ciclistas, ni sus equipos, ni sus finanzas son boyantes. El salario del ciclista mejor pagado del mundo (Chris Froome), apenas se compara con el futbolista de mejores entradas en la Liga Mexicana de Fútbol (Andre Pierre Gignac, ambos cerca de los 5 millones de dólares al año) y los equipos sobreviven por sus patrocinadores. En ese contexto deben moverse nuestros ciclistas y las decisiones que toman.
Los equipos del World Tour son el patrocinio. La multinacional Sky, del multicampeón Chris Froome, tiene el presupuesto más alto del pelotón con más de 35 millones de euros al año, casi el doble de lo que tiene el Movistar. Y aun así está alejado de los 752 millones de presupuesto anual que tiene el Real Madrid, su par en el fútbol.
Cada año el pelotón vive un llamado de “patrocinio o muerte”. Hace una temporada el Cannondale sobrevivió gracias a la llegada del Education First. Este 2017 el mayor ganador de la temporada, el QuickStep Floors, obtuvo su salvavidas con la empresa Deceunick. De lo contrario tendría que haber buscado cómo abaratar sus costos a una mínima expresión.
En ese contexto, los ciclistas de apenas una década de alto rendimiento y expuestos a lesiones por doquier, deben buscar su mejor acomodo. Así fue que Fernando Gaviria anunció que dejaba el mejor equipo y el más ganador de la última década, para irse al UAE Cycling Team. Gaviria, segundo colombiano en ser líder del Tour y dueño de 34 triunfos en sus dos años y medio en Europa, dejó al conjunto que logró 73 victorias en el año, por uno que apenas llegó a la docena.
Patrick Lefevere, su entrenador en el QuickStep, fue contundente: “no puedo pagar lo que el UAE ofrece”. Y aunque Fernando Gaviria no se ha expresado, su entorno es enfático en pedir que no se juzgue a Fernando creyendo que es una decisión netamente monetaria. Y atenderemos el llamado.
El QSF es una máquina. Sus 73 triunfos son solo superados en la historia reciente por el Team Columbia-HTC que ganó 85 carreras en 2009. El conjunto tuvo a tres embaladores Viviani (18 victorias), Jakobsen (7) y Fernando (9), además de un tren de velocistas (Hodeg, Sabatini y Richeze), que eran garantía de estar en la pelea. El UAE tiene al campeón europeo, Kristoff (5 triunfos), pero a un equipo que dista de ser experto en las llegadas masivas.
Lo otro es el guayabo post-QuickStep. Los dos anteriores embaladores que salieron de la escuadra vivieron un año de resaca. Kittel pasó de ganar 13 fracciones en 2017 a solo una en su nueva escuadra Katusha. Tretin vivió algo similar, tras pasar de 7 celebraciones a 3 con el Michelton-Scott. Cavendish vio cómo sus victorias se redujeron de 13 a 9 tras su paso al Dimension Data.
Fernando Gaviria va a un equipo que confió en Colombia. El Emirato se llevó a Sergio Luis Henao, a Cristian Muñoz y al velocista Juan Sebastián Molano, que debería ser mano derecha en el embalaje.
Fernando Gaviria afronta un reto grande. El colombiano ha sabido reponerse a las derrotas y a las lesiones, para ganarse un lugar en la élite. En 2019 deberá demostrar que su cambio de equipo busca mejorar sus números, más de victorias que de dinero en la cuenta bancaria. Y tiene con qué.