En columnas publicadas a lo largo de años recientes, me he atrevido a pronosticar que las vías del Oriente Antioqueño están condenadas a colapsar pronto. Sin mucho criterio, se me ocurrió predecir que a la vuelta de, tal vez 4 años, estaríamos circulando casi en fila india por la variante de Las Palmas, entre Indiana y el Aeropuerto, con mínima posibilidad de sobrepaso.
Argumentaba entonces, quizá irresponsablemente, que la cantidad de proyectos residenciales y comerciales en desarrollo –supermercados y restaurantes incluidos– generaría incontables viajes adicionales de vehículos de todos los tipos y que, tal vez en 4 años, estaríamos lamentando la completa inacción de las autoridades regionales y locales para desarrollar proyectos de infraestructura vial en el Valle de San Nicolás.
Ha llegado el momento de rectificar. Con humildad profunda reconozco que ese futuro tan negro no se va a dar en 4 años. Muy exagerado. Me retracto. La verdad es que ese futuro negro se va a dar en 1 año o menos. O tal vez ya estamos en él.
¿Cuántas veces en la pasada época navideña y de año nuevo se formó una fila en el peaje que llegaba hasta Indiana? Más de 2.5 kilómetros.
Me dirán que tranquilo, que ya están construyendo el nuevo peaje que en parte resolverá este problema, pues el actual es una desgracia.
Pasará de 2 a 3 carriles por sentido, una gran mejora. Pero no será suficiente, ese peaje requiere al menos 4 por sentido. En breve también se llenará y las filas volverán a crecer. Y todos seguiremos frustrados. A no ser que…
A no ser que aumente de manera importante la cantidad de vehículos matriculados en el peaje electrónico, que no se detienen a pagar o esperar cambio. Pero, ¿qué incentivo tienen hoy los conductores para inscribirse en Flypass? Ninguno.
No se descuenta un solo peso por el cruce electrónico frente al de pago en efectivo. De hecho, es mal negocio para el usuario, pues es un pago anticipado importante. Tampoco hay beneficio si se pasa muchas veces el mismo peaje. Se puede pasar 10 veces por día o solo una vez al año y el precio será exactamente igual.
Posiblemente debido a algún decreto obsoleto que exige que todos los usuarios paguen exactamente lo mismo todas las veces, lo cual tiene sentido si el pago se hace con monedas y billetes. A la luz de nuevas tecnologías (nuevas para Colombia, al menos), se vuelve urgente modificarlo pronto.
En fin. La propuesta es esta: si un vehículo matriculado en Flypass usa el peaje varias veces al día, solo se le cobrarán los primeros cuatro pasos. Y de ahí en adelante gratis, hasta las 12 de la noche de ese día. Al día siguiente empieza en ceros de nuevo.
Aplicaría para cada peaje por separado, pero podría implementarse no solo en el Oriente sino en otros peajes críticos de Antioquia, como los del Túnel de Occidente (¡vergonzosos!), Primavera cerca de Amagá, etcétera.
El efecto de esta medida sería múltiple. Por un lado, se premia a los usuarios intensivos, lo cual los estimula a inscribirse masivamente. Taxis, busetas, etcétera. Por otro, se beneficia a los usuarios que viven cerca del peaje y que para cualquier salida simple se ven obligados a pagar de ida y vuelta.
También gana el concesionario, pues la vía tendrá más usuarios y al mismo tiempo será más atractiva. Gana Flypass pues el número de inscritos se dispara.
Pero, sobre todo, ganamos todos los usuarios de la vía pues al crecer el paso electrónico inmediatamente se reducen las colas.
No puede ser tan difícil ponerle un poco de imaginación y sentido común a un problema tan molesto.
Esta propuesta tendría vigencia mientras se monta el programa de peaje electrónico a nivel nacional, ya anunciado por el Ministerio de Transporte. Pero para eso falta tanto tiempo…
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