Una carencia de la formación en todas las profesiones es el trabajo en autoeducación y autocuidado. ¿Qué puedo hacer a nivel interno para mantenerme bien? La salud no es un estado de normalidad. Es un proceso que se crea día a día y que tiene relación con el desarrollo humano.
En las profesiones de la salud, se habla mucho de enfermedad y poco de salud; no se promueven hábitos de vida saludables. No podemos cuidar a otros sin trabajar en nuestra propia salud. Esto es una incoherencia en la formación médica. La salud se promueve desde ritmos y hábitos saludables.
R. Steiner propone un camino para el desarrollo personal que toma elementos de varias culturas y es integrado en la cosmovisión antroposófica. Este camino tiene tres pasos: 1. Condiciones para el aprendizaje. 2. Ejercicios. 3. Meditación.
Entre el 9 y el 16 de octubre de este año tuvimos el primer curso de posgrado en medicina antroposófica en Colombia. Una semana de inmersión, con un trabajo que empieza con Euritmia, continúa con observación de la naturaleza, según el método de Goethe y con estudio del texto ¿Por qué enferma el hombre?, de Steiner. En la tarde hay clases por especialidades y al final del día, una conferencia dedicada al trabajo interior del médico y el terapeuta. De allí, algunos de estos planteamientos.
Para la primera condición hay un prerrequisito: “Así como no puede llegar a ser pintor quien rehúsa manejar un pincel, así nadie puede recibir estas instrucciones si no quiere cumplir unos requisitos básicos. Sólo se requiere voluntad, con una firme actitud interior”.
La primera condición es “mantener y favorecer un buen estado de salud corporal y espiritual. Solo de un hombre sano puede emanar un conocimiento sano”. Cada uno debe esforzarse en hacer lo adecuado por sí mismo. Parece una condición obvia, pero no se practica. Y es importante buscar la salud del espíritu: “El pensar con calma y claridad y el certero sentir, forman la base de todo”. Seguiremos con las condiciones.
Coda: Alimento de alta calidad para el sentir, tuvimos en Medellín con el ciclo de las nueve Sinfonías de Beethoven, que concluyó el 21 de noviembre en el Teatro Metropolitano. Gran trabajo de la Orquesta Filarmónica de Medellín, bajo la dirección del maestro Rettig, con el patrocinio de varias empresas y el apoyo de Vivir en El Poblado. En el último concierto se enmarcó la producción sinfónica de este genio: escuchamos la 1ª Sinfonía en Do Mayor, con un lenguaje nuevo para la época y donde se vislumbra una manera diferente de concebir la música, y la Novena Sinfonía: Coral. La música de Beethoven es música del futuro, decía Georg Glöckler. En la 9ª Sinfonía, se hace real esta afirmación: el lenguaje de la inspiración, vira hacia esferas inexploradas; la concepción de la sinfonía es nueva y revolucionaria; introduce coro y 4 solistas, que cantan la Oda a la Alegría de Schiller y nos elevan a alturas celestiales: “¿No presientes oh mundo a tu Creador? Búscalo más arriba de la bóveda celeste. ¡Sobre las estrellas ha de habitar!”, dice el texto de Schiller. Alta nota para Arcadia y Tonos Humanos. Excelente la calidad del trabajo coral de la maestra Cecilia Espinosa. Qué privilegio para el alma de esta ciudad, tener este teatro, esta orquesta y una actividad musical de buena calidad. El arte es la medicina del futuro; el arte genera salud.