Ya vamos casi terminando el primer mes de 2024, ya casi promediando la tercera década del tercer milenio, ya vamos viviendo y dejando atrás unos años que antes se veían tan, pero tan lejanos…
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Para los que ya tenemos menos vida por delante que por detrás, sentarse por ejemplo en 1984 y pensar en un año como 2024, era extenderse demasiado hacia el futuro. Era imaginar con emoción una época luminosa, en la que ya habríamos resuelto para siempre cantidades de problemas y desafíos típicos del siglo XX.
En términos de infraestructura, hace rato estaríamos viajando entre las principales ciudades colombianas sobre una red de autopistas de doble calzada, plenas de túneles y viaductos.
A diferencia de esas vías de entonces, 1984, cuando debían bajar a cada quebrada y volver a subir, subir a cada cerro y volver a bajar. En 2024 ya casi no habría vías sin pavimentar. Y claro, ya casi todos nuestros cruces viales, urbanos y rurales, serían elevados.
Pues resulta que no. Lo que hoy podemos mostrar, especialmente en Antioquia, en poco se diferencia del escenario de hace cuatro décadas. Si no décadas perdidas, fueron muy poco aprovechadas.
Yendo al norte, hacia la costa Atlántica, la misma subida en calzada simple a Matasanos, las mismas penurias para atravesar Ventanas y La Frisolera. Ah, y más inseguro, ¿no?
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Yendo hacia el sur, hacia La Pintada, la misma vía en calzada simple, pero con diez veces más tractomulas. Y si la vuelta es por Suroeste, habrá mucho qué mostrar, pero muy poco qué aprovechar.
Pacífico 1, en su mayor parte, no está en servicio, a pesar de estar “terminada”. Es un decir, pues antes de Camilo C nos dejaron al menos cinco tramos sin intervenir, muy a nuestro estilo.
Después de Camilo C ya hay una vía nueva fantástica, pero la ANI no la recibe debido a que un tramo de 300 metros, por ahora, solo es calzada simple. En fin, por ahora estamos obligados a seguir usando las vías viejas y desvencijadas.
Pacífico 2 sí está terminada, pero, al no poder enlazar con Pacífico 1, resulta totalmente subutilizada. Y Pacífico 3, que será una calzada simple modelo siglo XX, sigue dilatando su entrega.
Yendo hacia occidente, sí hay por supuesto una excelente doble calzada hasta el Río Cauca, pero ahí termina la emoción. Aún faltan varios años antes de poder ir a Urabá en doble calzada pura. Van a entregar el túnel del Toyo, claro, pero por largo tiempo no se podrá usar por falta de accesos y salidas. ¡Viva Antioquia!
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Finalmente, es evidente que el Túnel de Oriente ha sido un aporte fundamental para la movilidad de tan importante zona. ¡Pero es de muy anticuada calzada simple! Ya hay anuncios sobre su construcción, pero aún estamos a mínimo cinco años de llegar al aeropuerto en doble calzada, como en casi todo el mundo.
Estamos en 2024 y el inventario de obras pendientes, cada vez más urgentes, se acumula: doble calzada Palmas-Tablazo, intercambio a desnivel en Indiana, segunda pista aeropuerto Rionegro y un largo etcétera.
¡Por falta de ambición y liderazgo, el futuro llegó, pasó y nosotros casi todavía en 1984!