Venture Capital (VC), o capital emprendedor, en español, o capital de riesgo, como se usó antes (una mala traducción que asusta inversionistas), es la forma de financiación de emprendimiento más potente que conocemos. En esta primera entrega, trataré de explicar qué es, cómo funciona, por qué es importante y por qué debería saberlo. La segunda y tercera entrega estarán enfocadas en cómo deben usarlo bien los inversionistas y los emprendedores.
El VC es una herramienta de financiación para emprendimientos en etapa temprana, con potencial de crecimiento matemáticamente exponencial, operando en un mercado de al menos mil millones de dólares anuales. Para el inversionista, es una opción riesgosa, pero muy rentable (aproximadamente 20% ea) y con poca correlación con las inversiones típicas, lo que ofrece una real diversificación. Para el emprendedor, es una de varias opciones de financiación -pero la única en todo el sistema económico- que es capaz de movilizar capital en la magnitud y el momento requerido por las empresas en etapa temprana, aceptando el riesgo que presentan.
Simplificando, el VC funciona así: los emprendedores diseñan planes de crecimiento que financian con dinero de Ángeles Inversionistas y fondos, a cambio de acciones, en unos eventos llamados rondas de inversión. Estos planes están divididos en hitos significativos, que al alcanzarse aumentan el valor de la compañía. Tras cada ronda de inversión, se ejecuta el plan, se alcanzan hitos y se aumenta el valor de la compañía, lo que permite levantar una nueva ronda, con mejores condiciones… y así sucesivamente. Los inversionistas no hacen plata vía dividendos, sino vendiendo sus acciones a otros inversionistas en rondas posteriores a un mayor precio.
Las compañías priorizan el crecimiento sobre la generación de utilidades y pueden tener pérdidas durante años, pero ese es el plan y todo el mundo está tranquilo. Incluso es esperable que se quiebre el 50% de las empresas; un 30-40% devolverá el capital, y un 10-20% justificará con creces la inversión en todas, y todo el mundo está tranquilo.
El VC es importante porque soluciona problemas, especialmente en regiones como Latinoamérica, donde emprendedores usan tecnología y fondeo para mejorar el agro, la nutrición, la salud, la educación, la bancarización y otros sectores que la economía tradicional no ha podido. Y lo hacen construyendo grandes negocios, lo que fortalece la economía. En mercados maduros, la inversión en VC representa menos del 0,2% del PIB, pero genera el 20% y el 11% del empleo.
Su tolerancia al riesgo ha permitido que, incluso cuando las empresas fracasan, se desarrollen tecnologías y modelos que hoy moldean nuestras vidas. Por ejemplo, la infraestructura que hace que internet sea ubicuo fue desarrollada en parte por empresas que se fondearon con VC, y luego quebraron en la época del .com.
¿Por qué es importante saber de VC? Si se es emprendedor o inversionista, o conoce alguno, debe saber que hay un camino para construir y fondear empresas globales, con alto impacto en la sociedad y grandes beneficios personales. Y para que la próxima vez que escuche a alguien decir que Rappi -u otra de estas- es una estafa, le explique que es VC y que todo es parte del plan, incluso si se quiebra.
Tal vez así tendremos más emprendedores con mentalidad exponencial y más inversionistas dispuestos a apoyarlos.