Para ayudar basta con querer compartir

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Un grupo de 30 personas, liderado por Sebastián Quijano Cossio, tiene la dura pero satisfactoria tarea de recolectar ayudas para algunas de las poblaciones más necesitadas. Su historia es loable, y todo el que quiera puede colaborar.

El politólogo Sebastián Quijano Cossio está convencido de que la intolerancia y la indiferencia son enfermedades generadoras de múltiples problemáticas sociales, que pueden ser atacadas con una sencilla fórmula: “Para ayudar solo basta querer compartir, aún sin tener mucho”. A esta conclusión llegó después de una experiencia de vida.

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Siendo adolescente y alumno del colegio Benedictinos, fue invitado a hacer trabajo social en el barrio Carambolas, en el nororiente de Medellín. Allí conoció a una familia de cinco integrantes: el papá reciclador, la mamá dedicada a la casa, y sus tres hijos, uno de ellos con una tos terrible. Al preguntarle al niño qué le pasaba, él respondió que había pasado la noche a la intemperie como castigo por algo que su papá consideró un mal comportamiento.

Fotos: cortesía.

Sebastián decidió que el día del cumpleaños le llevaría al niño una bolsa repleta de dulces de todos los tamaños y marcas. “Ese día el niño me dio la gran lección que fue la motivación para iniciar mi vocación de servicio, porque cogió la bolsa y sacó lo más pequeño que encontró, que fue una pastilla de chicle, le mordió un pedacito y lo pasó al resto de su familia para que cada uno diera un mordisco. Todos comieron de un solo chicle. De ahí nació mi idea de que para ayudar lo único que se necesita es querer compartir, porque hasta sin tener se puede compartir”, recuerda Sebastián, quien en ese momento era un adolescente.

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A los 21 años dio origen a la Fundación Entre Todos, sin tener mucha idea de los procedimientos legales y de registro de una organización sin ánimo de lucro, pero alcanzó a juntar a un grupo humano que llevó ayudas a 1.500 niños de ocho comunidades en riesgo, por un lapso de ocho años.

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Todo marchaba bien, las ayudas y los amigos iban en aumento, pero un conocedor del tema les sugirió no continuar apoyando a las comunidades más necesitadas a través de la fundación sino a título personal, consejo que tomaron y aplican hasta el día de hoy en que operan a través del movimiento Por El País.

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Detrás del movimiento Por El País hay ocho fundaciones que respaldan la labor de este grupo de jóvenes, que a hoy llega a 30 profesionales de todas las áreas, que se juntan no solo a conseguir ayudas sino a donar recursos, tiempo o conocimiento. Todo es bienvenido y es parte de lo que Sebastián llama cultura contra la indiferencia, porque “todos tenemos algo que podemos aportar para mejorar este país”, asegura.

Hoy el movimiento avanza en su campaña para llevar 1.500 kits escolares a comunidades en Medellín, Envigado, Mocoa, Guajira e Isla Fuerte.

“El kit escolar es un pretexto para generar confianza y conocer los problemas reales de las comunidades y cómo nos podemos articular para aumentar los índices de cooperación”, señala Sebastián, y al tiempo propone llegar a más fundaciones, con el apoyo del sector privado y de cada persona que quiera vincularse con el programa.

Cómo ayudar

Para vincularse con esta iniciativa puede donar a través de la Fundación Sumapax, cuenta corriente Bancolombia 60200000251, a nombre del movimiento Por El País.
También puede unirse al grupo de Por El País (3137401030) o seguir la cuenta de Instagram @sebastian.quijanocossio

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