Guisanderas: mujeres, territorio y cocina es una propuesta que ha reunido a cerca de 60 cocineras de Medellín, El Carmen de Viboral y Santa Fe de Antioquia alrededor de las ollas, guisos y fritangas, para compartir saberes y sabores.
“Es una guisa, una fritanguera”. En tiempos de corrección política estas serían palabras vedadas, al menos con el significado que se usaban hace unos años en Colombia (ni qué decir “manteca”). Un insulto que aludía a una mujer “de mal gusto” (¿qué es eso?, me pregunto), envalentonada, ¿arrabalera?, dirían algunos. Escribo y cada palabra me resulta más discriminatoria que la anterior; pero no se hablaba de guisos, ni de fritangueros, tampoco había cuestionamientos frente a un hombre envalentonado.
“Guisandero, ra. 1. m. y f. Persona que guisa la comida”. “Fritanguero, ra. 1. m. y f. Méx., Nic. y R. Dom. Persona que fríe alimentos para venderlos”, nos dice la RAE sobre una y otra acepción. Así que difícilmente alguien se escapa de ser guisandero (a), incluso varias veces al día, y fritanguero (a) quizás muchas en el curso de la vida. Gramática aparte, y en los tiempos que corren, los de la revaloración de nuestros sabores, productos y métodos de cocción, de nuestra cocina y, por supuesto, los de la reivindicación del rol de la mujer en todos los campos de la sociedad, el de la cocina también, el panorama es bien distinto.
Es en ese contexto social e histórico que nació Guisanderas: mujeres, territorio y cocina, propuesta de las cocineras Carmen Ángel y Diana Orozco, “un camino para pensar en qué es lo que más daría placer, plenitud y felicidad a nuestro proyecto de vida como mujeres cocineras”, a decir de Diana. En el año largo que llevan trabajando han realizado su piloto con actividades que han reunido a unas 60 cocineras de la comunidad de Moravia en Medellín y de los municipios de El Carmen de Viboral y Santa Fe de Antioquia, encuentros alrededor de las ollas, guisos y fritangas para compartir saberes y sabores.
El siguiente paso es el cierre de esta fase piloto con una cena a la que integrarán a las mujeres más activas de los tres territorios, para compartir las preparaciones que encontraron en sus talleres. Una presentación inicial de Guisanderas se realizó en Santa Fe de Antioquia como parte de la programación del Festival Gastronómico Candela, articulado al trabajo que realiza el Sena con las matronas del municipio. Como afirman sus creadoras, “este proyecto no pretende cambiar el mundo, pero sí aportar a la construcción de nuevas miradas para las mujeres domésticas cocineras de nuestro querido país”. Los encuentros de estas guisanderas ya son un aporte incuestionable, pero quizás el cambio del uso del lenguaje, la resignificación de unas palabras tan dicientes, precisas y sabrosas, antes cargadas de un sentido ofensivo, es uno de los aportes más fuertes.
En 2023 esperan hacer la presentación oficial del proyecto, una vez cerrada la etapa piloto, lo que las dejaría listas para buscar financiación para replicarlo en las distintas regiones gastronómicas de Colombia. A ver cuánto guisandero y fritanguero quiere ahora verse incluido en este universo de mujeres llenas de sabor. Que saquen la manteca para que les abran espacio. Guisanderas, a mucho honor.