/ Jorge Vega Bravo
¿Es la enfermedad humana una necesidad? ¿Por qué y para qué enfermamos? ¿Cree usted que el dolor, el sufrimiento y la enfermedad son herramientas evolutivas para el ser humano? ¿Está relacionada la enfermedad con el destino? En el texto Cáncer, su tratamiento con medicina antroposófica (M. Glöckler y J. Schürholz) después de revisar las estrategias para ayudar en su tratamiento (alimentación, revisión de la biografía, terapias artísticas, uso del muérdago –Viscum Album– como coadyuvante, encontré una reflexión del Dr. Klaus Dumke sobre la relación del destino con la enfermedad, de la que sintetizo algunos aspectos:
“¿Qué es el destino? Para la conciencia cotidiana… destino es el conjunto de acontecimientos de nuestra vida que tienen un carácter absolutamente irracional. Con este término nos referimos a todo lo que entra en nuestras vidas sin ser planificado ni previsto, vale decir en forma más o menos sorpresiva” y sin que podamos modificarlo. En el lenguaje corriente, destino se relaciona con hado, sino, azar, fatalidad, signo, estrella. “Podemos separar los acontecimientos de la vida en dos grupos: los procesos y acciones planificados racionalmente con un propósito. Estos constituyen el ‘esqueleto’ de nuestra vida consciente… La relativa confiabilidad de estas estructuras significa apoyo y seguridad para el yo de cada uno, así como el esqueleto lo es para el cuerpo. Y los sucesos y hechos no planificados ni buscados que surgen de las profundidades impenetrables de la existencia mundana y corporal del individuo, que en principio nos parecen ajenos, pero con los cuales debemos convivir, solemos llamarlos hechos fortuitos” y a través de ellos el destino entra en nuestra existencia. “Si tienen una connotación positiva, hablamos de ‘suerte’; si es negativa de ‘desgracia’” (Ibíd).
En la vida corriente se mezclan estos dos grupos y tenemos la sensación de no ser los dueños de todos los procesos y las acciones que realizamos. Algunos procesos nos llegan desde el exterior y otros están relacionados con nuestro mundo interno. A la hora de observar la enfermedad podemos decir que en su aparición influyen factores del medio: herencia, clima, alimentación, vida de relación, y factores internos: R. Steiner afirma que las enfermedades son procesos normales dislocados: “Pasa algo normal en el lugar equivocado”. Un segundo principio central en la medicina antroposófica es que la mayor parte de las enfermedades tienen su origen en el propio hombre y que los factores externos tienen un papel secundario. Y un tercer principio afirma que toda enfermedad tiene un cariz biográfico, lo que significa darle real importancia al elemento tiempo en el proceso de la enfermedad (V. Fintelmann).
La medicina científica se ocupa de los factores hereditarios pero mira la enfermedad en relación con sucesos recientes y se olvida del drama en varios actos que hay detrás de todo proceso de enfermar. En este drama se entretejen la propia biografía, la vida familiar y laboral y una serie de elementos que se escapan del control y que podemos ubicar en el ámbito del destino. “La enfermedad es el túnel que la esencia del yo del hombre desea atravesar para seguir creciendo” (H. Sieweke). ¿Han notado que destino y sentido tienen las mismas letras en orden diferente? Seguiremos ahondando en los tres principios enunciados.
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