A este gobierno nacional que juntos padecemos -el más impreparado, el más inmaduro, el (muchísimo) más improvisador y el (evidentemente) más corrupto- le está correspondiendo la dudosa distinción de hacer ver a los gobiernos anteriores, casi a todos, como modelos de buena administración, ejecución y transparencia.
Poniendo como referencia la tragicomedia que hoy lidera Petro, esos presidentes y sus equipos de gobierno, que en su momento merecieron nuestra profunda crítica, resultan siendo estadistas de alto nivel, modelos de inteligencia, eficiencia y honestidad. Expertos que sí sabían cómo hacer las cosas.
Ah, es que ahora sentimos que esos eran los buenos tiempos, no solo para los ricos sino en general para todo el país.
En fin, en los 28 meses que quedan, los columnistas no podemos quedarnos petrificados, hablando de este desgobierno en todas las columnas, habiendo tanto por analizar y comentar en Medellín y en El Poblado.
En infraestructura vial, tema habitual de esta columna, pareciera que ya nos dimos por vencidos, que ya no hay mucho más por hacer en esta Comuna 14.
Luego de más de 10 años de ejecución, los proyectos de valorización de El Poblado terminaron, en su mayoría, aunque quedan tres -sobre la avenida 34 y la vía Linares- que ni siquiera han iniciado. Es de no creer. ¿Desidia, rediseño o quizá falta de liderazgo?
Esos proyectos de valorización se concibieron y diseñaron con el tráfico y las condiciones de hace 15 años, proyectando un crecimiento vehicular muy inferior al que se dio. Cuando, finalmente, van entrando en operación, lo hacen funcionando a plena capacidad, ya casi colapsando por tanto tráfico.
¿Dónde están, nuevo (y anterior) alcalde, y nuevo equipo de gobierno, los grandes proyectos para los próximos años y décadas? ¿Acaso nos vamos a pasar la vida resignados a ahogarnos cada año un poco más en el tráfico, simplemente apretando el pico y placa?
No se ven discusiones sobre proyectos ambiciosos que cambien la dinámica de la avenida El Poblado, de Las Vegas, de la Autopista Sur, de la 10. ¿Ya no se harán nuevas avenidas, túneles, intercambios, vías elevadas? ¿Así están y así se quedaron?
Tampoco se discuten iniciativas ambiciosas para mejorar el transporte público de esta comuna, de modo que algún día la tenencia y uso del automóvil privado se vean realmente desestimulados. Así nos quedamos, aparentemente.
Luego de superar la larga noche de la anterior administración, cabe esperar un liderazgo más fuerte y claro de la nueva. Han pasado ya casi 4 meses. Sin duda, se ve actividad intensa en numerosos campos, pero qué falta está haciendo una visión de futuro más concreta, más ambiciosa, que nos entregue un sueño compartido equivalente a lo que en su momento fue el Metro, e incluso (a mucha menor escala) el propio proyecto de valorización de El Poblado.
Mientras nos llega esa invitación a crear y definir un mejor futuro compartido, ¡nos vemos el domingo en la marcha!