Viajar sola y no morir en el intento, viajar sola y no quedarse solitaria. Una simple búsqueda en Google al digitar“viajar sola” dimensiona los temores que sienten muchas mujeres que deciden conocer el mundo en solitario.
En 2017, la colombiana Liz Pana Van-grieken recogió sus experiencias propias, “cuando el miedo me atormentaba y las palabras negativas me perseguían”, y creó en Facebook un grupo llamado El club de las mujeres que viajan solas. Su objetivo: “derribar estereotipos y mitos que nos inculcan por el hecho de ser mujer. Te dicen que es un peligro viajar sola, te perseguirán, eres un blanco fácil, eres mujer y tienes que ir acompañada, y no es así”, se lee en la descripción de su perfil personal.
Fue sumando integrantes, entre ellas Cristina Poveda, una ingeniera de sistemas que tras 15 años con un trabajo “convencional” de oficina quiso explorar otras habilidades y se dedicó a organizar eventos para solteros, de viajes y crecimiento personal.
Cristina es una apasionada por los viajes. Ha viajado a 21 países y 140 ciudades. En uno de esos desplazamientos conoció a Liz y se convirtió en embajadora del Club en Medellín.
En julio de 2017 convocó por Facebook a la primera reunión y se sorprendió al recibir más de 2.000 notificaciones de mujeres interesadas en asistir. “Pensaba que no iban a acudir más de tres personas, luego tuve que cambiar de sede la reunión”, señala.
Al final acogió a 120 asistentes. Previo al encuentro, Cristina contactó a algunas de las participantes que ya habían viajado solas y definió algunas temáticas: vencer los miedos de estar solas, armar el paseo por cuenta propia o tener en cuenta recomendaciones en algunos países estrictos con las mujeres.
Intereses por países
Cristina ha organizado ya unos diez eventos. Al principio los realizaba cada mes, pero luego la frecuencia pasó a cada dos meses. En las charlas identificó una necesidad: hablar de aquellos países donde es más difícil para las mujeres viajar solas: Irán, Marruecos, Turquía, Tailandia, Egipto.
Por eso pensó que las reuniones se enfocaran en un solo país y vivir una experiencia de inmersión que incluye la selección de un restaurante con gastronomía típica del sitio del cual se hable, más la invitación a una experta en costumbres y tradiciones. En enero fue Tailandia y en febrero será India. Antes fue Egipto.
“Tienes que saber que en lugares así hay que adaptarse a su cultura; que por ejemplo en Marruecos no puedes vestir shorts y lucir los hombros descubiertos”, comenta Cristina.
En las reuniones también se plantea la posibilidad de armar grupos o encontrar personas que tienen el mismo interés: viajar solas (o solo con mujeres) y hacer más grata la experiencia.