/ Carolina Zuleta
¿Has notado que diferentes personas reaccionan de maneras distintas ante la misma situación? Por ejemplo, al estar atrapados en un trancón, algunos se ponen bravos y gritan. Otros permanecen callados, sienten el estrés del tráfico pero no lo comparten ni lo muestran. Finalmente, están quienes empiezan un movimiento social para encontrar una solución, y así se crean leyes para crear ciclorrutas, puentes, etcétera.
La manera en que respondemos a diferentes situaciones en la vida la aprendimos desde que éramos niños. Si naciste en un hogar donde expresar la rabia solucionaba problemas tal vez aprendiste a hablar fuerte y a ser directo para alcanzar lo que deseabas. Si por el contrario expresar la rabia no era permitido, entonces lo que sabes hacer es poner una sonrisa en la cara y reprimir el malestar. Si te enseñaron que los problemas no son para quejarse sino para solucionarlos, entonces al ver una dificultad o contratiempo, automáticamente empiezas a pensar en lo que puedes hacer para mejorar la situación.
Esto no sólo se aplica al tráfico; es probable que la manera como reaccionas cuando estás en un trancón es igual a la manera como enfrentas otras situaciones de la vida. Si respondes con rabia es probable que reacciones de una manera similar cuando hay problemas en el trabajo o con tu pareja. Si te guardas lo que piensas en un trancón, es probable que también lo hagas cuando haya presiones laborales o familiares.
Entonces la pregunta es: ¿cuál de estas maneras de comportamiento es la más efectiva? Y la respuesta es: depende. Depende de la situación en la que te encuentres.
Para explicar esta respuesta primero es importante entender una ley de la ingeniería de sistemas que se conoce como la Ley de la Variedad Requerida. Esta ley dice: “Cuanto mayor es la variedad de acciones de un sistema regulado, también es mayor la variedad de perturbaciones posibles que pueden ser controladas”. Es decir, en un sistema, el elemento que tenga el rango más amplio de comportamiento será el que controla el sistema.
Esto quiere decir que, en nuestro diario vivir, la persona que tenga mayor flexibilidad en su manera de reaccionar es la que gana. Si siempre reaccionas con rabia, entonces solo vas a ganar en los escenarios donde la rabia sea el elemento adecuado. Si siempre reaccionas callado, solo serás efectivo en las situaciones donde ese comportamiento sea la mejor opción. Los grandes líderes tienen la variedad requerida; bajo ciertas situaciones responden con fuerza y se expresan de manera directa, en otras guardan silencio, en otras se divierten, y en otras motivan a los demás y convocan a la acción.
Para poder tener un mayor impacto en tu vida, tu trabajo y la sociedad, debes practicar un rango más amplio de comportamientos, debes tener la variedad requerida.
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