Opinión de Juan Carlos Franco
En días recientes el Mintransporte comentó su idea de que en Colombia debería empezar a limitarse la venta de vehículos a particulares con el fin de reducir, aunque sea levemente, el loco crecimiento del parque automotor.
Gracias a este crecimiento, las ciudades se están viendo ahogadas por las congestiones de tráfico, la gente pierde mucho más tiempo, la inversión en vías y parqueaderoas nunca es ni será suficiente y la contaminación seguirá empeorando. ¡Qué tal que la midiéramos seriamente como en Chile, por ejemplo!
Como era de esperarse, al unísono salieron los fabricantes y vendedores de vehículos a decir que cómo se le ocurre al Señor Ministro de Transporte, que eso jamás, que el problema era, por supuesto -cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta- que las ciudades estaban muy atrasadas en construir vías y por qué les iban a meter la culpa…
O sea, que la cosa no sea con ellos. Que por favor no les dañemos este momento mágico, que los colombianos queremos seguir comprando y comprando y que los dejemos ejercer su actividad, que además genera mucho empleo y muchos impuestos.
Eso puede ser cierto, pero no cambia el hecho de que, para darle espacio a estas cantidades enormes de vehículos nuevos, las inversiones que tendríamos que hacer como sociedad serían cada vez mayores, compitiendo contra otras prioridades. Y aún así, cada vez estaremos más ahogados…
En El Poblado, por ejemplo, ¿qué seguiría después de que terminemos todas las obras que hoy están planeadas? ¿Tumbar edificios para hacer más vías? ¿Quitar aceras para ampliar las existentes?
¿Por qué debemos mantener para toda la vida el modelo actual, en el que todos queremos ser propietarios de los carros que usamos? La mayoría de ellos sirven para ir en la mañana y volver en la tarde, pasando casi todo el día inmóviles, gastando espacio en un parqueadero. Y para casi todas las personas esta es una inversión sustancial, que implica enormes sacrificios, largos años de deuda, impuestos, mantenimiento, seguros, etc.
Igual que las ciudades, que por hacer vías dejan de hacer otras cosas, muchas personas dejan de vivir para poder convertirse en dueñas de vehículos.
Pero tranquilo, hay esperanza. Así como existen servicios de bicicletas públicas, que cualquiera puede usar por un rato a un módico precio, ya en algunas ciudades hay un servicio para vehículos llamado Car2go, que funciona así:
1. En una zona de la ciudad, por ejemplo en El Poblado, se instala una flotilla de unos 30-50 carros iguales, todos muy pequeños y bien marcados.
2. Cualquier parqueadero público, incluidos los de parquímetro o los de centros comerciales puede servir como base temporal.
3. El aspirante a usuario se inscribe, se le revisan referencias y su historia como conductor y a los pocos días recibe por correo su tarjeta especial.
4. Por medio de su teléfono inteligente, el usuario ubica un carro disponible, acerca su tarjeta a un lector bajo el vidrio panorámico, y el carro se abre.
5. Al entrar al carro se ingresa un PIN y el carro está listo para salir. Se puede usar por el tiempo que desee.
6. Se vuelve a dejar en cualquier sitio autorizado. Uno no paga parqueo. Pero no lo ensucie ni fume en él. La empresa lo mantiene y lo limpia.
7. La empresa le factura el número exacto de minutos que usó el carro, todo con cargo a la tarjeta de crédito. 40 centavos de dólar por minuto.
8. Si tiene poca gasolina, tanquee y luego le reconocen el valor.
En nuestro caso el sistema sólo funcionaría dentro de El Poblado. No serviría para ir al Centro o para salir de la ciudad.
Claro, se espera que con un servicio así mucha menos gente sueñe con tener carro propio. O que muchos dueños vendan el actual y no lo reemplacen. ¡Justo lo contrario de lo que esperan nuestros proveedores de vehículos!
¿Quién montará primero este negocio en El Poblado? ¿Tal vez ellos mismos?
[email protected]
[email protected]