Ser reiterativo muchas veces sirve para que a los problemas se les dé la relevancia que requieren. Es necesario insistir en determinados temas, repetir hasta la saciedad para que las soluciones aparezcan. En esta ocasión volveré a tratar el problema que en materia de movilidad padece nuestra ciudad.
Dijimos en un artículo anterior que la peor ciudad del país en cuanto a movilidad vehicular es Medellín, con una velocidad promedio de 20 kms por hora, mientras que en Bogotá es de 23 kms/hora y en Cali de 30 kms/hora. Los resultados los confrontamos con los de las principales ciudades del mundo y encontramos que estamos por debajo del promedio.
Hemos dicho que es importante que la administración municipal ponga entre sus prioridades, además de la solución al flagelo de la inseguridad, verdaderas soluciones al caos en el tránsito que se vive en nuestra ciudad, y muy especialmente al desastroso manejo que se le ha dado a la movilidad en la comuna de El Poblado.
Es indudable que las personas de este sector de Medellín ya no aguantan más. Resulta inaudito que en varias ocasiones, para recorrer la Transversal Inferior desde Las Palmas hasta la loma de El Campestre, podamos demorarnos hasta una hora. La Avenida El Poblado ya no da abasto; cruzar la calle 10 desde la Autopista hasta la loma de El Tesoro puede tomar más de 30 minutos. Los casos se presentan por doquier e, insisto, las alternativas por parte de la Alcaldía y la Secretaría de Movilidad no se ven aún. Claro que la respuesta que vamos a recibir es que con las obras que se adelantan por valorización, como los intercambios viales, van a arreglar el problema vial de la comuna.
Me darán la razón seguramente cuando el caos continúe y en el futuro encontremos situaciones similares de congestión vehicular a la que hoy padecemos con el puente sobre la calle 4 Sur. Como decía el exconcejal Arturo Bustamante (q.e.p.d), “con estas soluciones lo que hacemos es pasar el taco para más adelante”.
El Poblado necesita opciones viales de gran envergadura y no pañitos de agua tibia con la construcción de algunos intercambios viales. Las soluciones que se requieren pueden tener un costo político alto, como la ampliación de la Avenida El Poblado, la ampliación de las transversales, la construcción de la Circunvalar Oriental y la terminación de las paralelas a la quebrada La Presidenta, suprimidas por la construcción de un bello parque que le obstruyó la salida al barrio Patio Bonito. También hay que sincronizar mejor los semáforos y ubicar más guardas de tránsito que ayuden a que el tráfico fluya mejor en las horas pico, que estén más pendientes de propiciar una mejor circulación y no tanto del pico y placa.
Cada año la situación se va a poner peor. La administración municipal, además de pensar en proyectos viales para el Río Medellín –que no son tan urgentes–, debe plantear drásticas medidas que permitan terminar con los eternos tacos a los que todos los días se enfrentan los medellinenses y que ya sobrepasan el umbral de la tolerancia.
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