Cierta cuadrícula que me intenta gobernar me hizo pensar que “¡no son vinos!”, cuando los descubrí. Escepticismo a primera vista. Porque con descuido se le denomina vino a todo, hasta las bebidas de manzana, durazno, mortiño o naranja. A la salida del estadio de Medellín venden “vino de maracuyá” y me temo que estamos a dos vasos de hablar de “sparkling wine” de cola negra, cuando el viejo acuerdo obliga que la materia prima son uvas de vitis vinifera. Lo dice la Organización Internacional de la Viña y el Vino.
Pero relajé la cuadrícula, agarré la botella, leí la etiqueta con detalle, sí encontré vitis vinifera, ¡y descorché y tomé! Y tanto me gustó, que he preguntado por más referencias en venta, todavía sin éxito. Ya irán llegando.
Son los vinos con añejamiento en barricas no tradicionales. Usan el roble, pero el paso del tiempo no es el factor diferenciador, como ocurre con los crianza, reserva o gran reserva, sino los antecedentes. “Me tengo que tomar uno”, me dijo con expectativa Isabel Mejía, la @mujerdelvino en Instagram. “Lo imagino estructurado, de buenos taninos. Y, por supuesto, es vino: es elaborado con uvas. Me encanta lo que se sale de lo normal”.
Ya descorché el Malbec de Finca Las Moras, argentino, de etiqueta Los Intocables y madurado en barricas que habían sido empleadas para elaborar Bourbon. Ese fue el que me gustó. Mauricio Tamayo, @mauricio.sibarita en Instagram, coincide con que sí son vinos (“con esta crianza no habitual, los enólogos buscan maneras diferentes para añadir matices únicos”) y destaca en el Malbec “sus aromas a tostado, caramelo, vainilla y miel y en boca notas a chocolate, vainilla y caramelo. Estas percepciones son el sello del Bourbon”.
Tengo en fila Los Intocables Cabernet Sauvignon, dueño de una nariz de chocolate y miel y un paladar de vainilla y pimentón asado. Todo eso en copa. Y en un viaje que tengan, busquen porque hay más en esta gama de “vinos intrigantes que generan percepciones inesperadas y aportan una nueva dimensión de complejidad y carácter”, como describe @mauricio.sibarita. Por ejemplo, el australiano 19 Crimes The Uprising, de sabores a frutas rojas, azúcar negra y canela; o, de California, el Cabernet Sauvignon Robert Mondavi Private Selection o los otros Intocables: el blend de Syrah, Merlot y Bonarda o el blanco Chardonnay, todos con antecedente Bourbon, además del ensamblaje Merlot Syrah, trabajado en barricas de ron, que le aportan caramelo y vainilla. También de California está el Apothic Inferno, con sello de whisky.
Las cepas más comunes en nuestras tiendas, también Bonarda, Primitivo, Verdejo y Albariño son fantásticas. Los ensamblajes, ni se diga. Pero la zona de confort de la copa hay que agitarla con frecuencia y este nuevo concepto desde la enología bien lo sabrá hacer.