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Se ha preguntado por qué las recetas de repostería piden agregar un poco de sal. Este condimento potencia el sabor en casi todas las preparaciones. De hecho, los receptores que perciben lo dulce y lo amargo en la lengua se vuelven más sensibles cuando hay sal de por medio. Por ejemplo, endulce una taza de café con una cucharadita de azúcar y agregue una pizca de sal: sentirá como si el café tuviera tres veces más azúcar.
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