Aunque Branson se le adelantó a Bezos en la carrera espacial, el dueño de Amazon está listo, de todas formas, para su vuelo del 20 de julio. Acá una lista de encargos.
“He soñado con este momento desde que era pequeño pero, honestamente, nada te puede preparar para algo así”, dijo Richard Branson, uno de los tres hombres más ricachones, extravagantes, exhibicionistas y ególatras del mundo, apenas volvió a poner su lindo pie en la superficie terrestre, el domingo pasado. Con un fresquito imposible de disimular, después de haberle arrebatado “la primera vez” a uno de sus rivales, Jeff Bezos.
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El otro encaprichado también con la conquista comercial del espacio sideral, Elon Musk, no debe estar tan ardido, puesto que su meta es Marte. Y que le falta, le falta; lo sabe.
(“Son billonarios que usan cohetes reales como si fueran juguetes”, editorializó el diario británico, The Guardian, puntualizando que esta nueva carrera espacial no está exenta de peligros, a pesar de que los Reyes Midas del Siglo 21, pasen de ellos).
Pero Bezos, dueño de una cabeza de pocos pelos, de Amazon, de 198.3 millones de dólares, de Blue Origin -compañía fabricante de cohetes para vuelos turísticos al más allá-, sí debe estar al borde de un ataque de nervios. Tantos meses de autobombo no le alcanzaron para ocupar en la Historia el lugar reservado a los precursores. Grrr.
El próximo 20 de julio, 52 años después de la llegada del hombre a la luna, abordará en Texas el cohete New Shepard, junto con dos tripulantes, su hermano Mark, la pionera de la aviación Wally Funk y un sexto, todavía incógnito, que subastó la última silla por 28 millones de dólares. (¡Y uno que hace cuentas para volar en Satena a Tolú!).
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La aventura durará diez minutos, cuatro de los cuales estarán a cien kilómetros sobre la línea Karman, frontera entre la atmósfera y el espacio, donde, durante sesenta segundos, los pasajeros vivirán la experiencia de la ingravidez. Y regresarán a conceder entrevistas, dar conferencias y cosas así. Cuidando sus palabras, no sea que dejen en evidencia la tusa que sufren, por cuenta del Caballero de la Reina –sí, Branson es Sir- que les ganó de mano.
ETCÉTERA: A propósito de Bezos, por change.org están recolectando firmas para que se quede en el espacio. Aquí le va compañía, made in Colombia: Gustavo Bolívar con todo y sus pseudo novelas de tetas y paraísos, y su izquierdismo greñudo y millonario; la señora Cabal con todo y su falta de sindéresis y su síndrome Merkel de larga lengua; Armandito y Roy, con todo y sus colas de lagarto y su manzanillismo crónico; varios expresidentes, con todo y sus intentos de seguir gobernando desde la barrera; varios precandidatos, con todo y sus pesquerías en ríos revueltos…
Alcaldes mentirosos, influencers y youtubers tan peligrosos como tontarrones, periodistas lambones, tuiteros incendiarios, seguidores de rebaño, vandalismo agazapado, tanta “mala leche” –imposible encontrar un sinónimo suave- regada sobre la tierrita, tanta idiotez útil que nos lleva directo a la boca de los lobos, tanto famoseo mostrón, tanto extremismo para fijar posiciones… Tanta colombianidad.
Please Bezos. Inclúyalos en su equipaje. Besos y gracias. Y take it easy.