Esta situación que actualmente vivimos nos reveló nuestra enorme fragilidad. Nada tenemos asegurado y sea cual sea nuestro origen, a la hora de ser vulnerables contra el virus, todos somos iguales.
Nacimos en una familia rural o urbana, por casualidad; estudiamos en una escuela pública o en un colegio privado, por suerte; trabajamos en una gran empresa, en una mediana o en la calle, por cosas del destino, pero sabemos que todos somos igualmente frágiles.
Vivir en El Poblado ha manifestado que, si bien lo que nos une a sus 43.000 suscriptores o destinatarios, es un territorio en el que vivimos, también ha hecho énfasis en que unos vivimos, pero otros más lo habitan porque es aquí donde desarrollan su actividad productiva.
El Poblado no son solo sus habitantes permanentes, los que tienen aquí un lugar para vivir propio, arrendado o prestado o un lugar para trabajar, sino también una enorme población flotante que vive del empleo informal y nos facilita a todos un mejor vivir y hace de este un sitio mejor. Son ellos, los vendedores ambulantes, los prestadores de servicios, el señor que nos vende todos los días aguacate, la campesina que viene de Santa Elena y nos vende sus flores, el jardinero, el que nos lava el carro, en fin, muchos seres que están ahí prestos a servirnos, que viven en su gran mayoría en los barrios de la periferia.
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Hoy queremos que estos habitantes de El Poblado seamos uno solo y quienes por razones del destino tenemos hoy más oportunidades podamos decirles a los otros que somos iguales, que los queremos, los respetamos y que merecen nuestro apoyo para compensarles lo que les ha faltado y logremos así acercarnos más y mejorar sus condiciones de vida.
Con el confinamiento, nos hemos quedado en casa y hemos visto que no requerimos gastar tanto porque lo más importante hoy es tener alimentos, un lugar limpio donde vivir, nuestras medicinas y conservar la salud. Nuestro gasto en este periodo de cuarentena se enfocó en lo fundamental. Hemos dejado de ir al cine, pero seguimos viendo películas; hemos dejado de comprar ropa, pero tenemos suficiente en el clóset; hemos dejado de ir a restaurantes, pero tenemos alimentos suficientes; hemos dejado de ir a bares o discotecas, pero podemos tomarnos un café o un trago en casa; hemos dejado de ir a conciertos, pero los vemos por televisión. Es muy probable entonces que los gastos de nuestras familias estén reducidos y que los ingresos sigan siendo iguales, pero para esas personas tan cercanas a nosotros, los ingresos disminuyeron significativamente; es posible que algunos gastos les aumentaron y por tanto sus condiciones de vida se han hecho más difíciles.
Es por lo que queremos invitarlos a que cada hogar, si puede y conoce su información, adopte un grupo familiar cercano para entregarle una cifra similar al ahorro estimado, durante este confinamiento. El gasto para la canasta básica alimentaria mensual de una familia de cuatro personas es cercano a $400.000.
Si no tiene como localizarlo y se siente más cómodo en canalizar su aporte a través de una institución, le sugerimos la fundación FAN, una organización sin ánimo de lucro que desde 1964 brinda atención integral a niños en situación económica y social de alta vulnerabilidad y extrema pobreza, llevando formación pedagógica, atención nutricional y apoyo psicosocial.
FAN durante esta emergencia ha desarrollado una logística especial para la entrega de 30.000 mercados a las familias de los niños y otros grupos sociales vulnerables en el contexto del programa Buen Comienzo. Gracias a ello puede identificar con sus propias bases de datos y las gubernamentales, aquellas familias que por no disponer de ingresos ni subsidios oficiales, se encuentran en condiciones de inseguridad alimentaria.
Pueden consultar y donar a través de la página web fan.org.co o consignar en su cuenta de ahorros Bancolombia 10537108662.
Su ayuda solidaria puede hacer la diferencia para la supervivencia de una familia vulnerable, que tuvo menos oportunidades; verán el placer que produce ayudar y ser solidarios con los que tienen menos.
Margarita Inés Restrepo Cárdenas
Trabajadora Social
Jairo Sierra Jones
Empresario
Javier Jaramillo Velásquez
Empresario