Hace unos días estaba hablando con una de mis buenas amigas, quien es la mamá de un bebé de año y medio. Estábamos hablando de lo difícil que puede ser la maternidad… lo difícil que es repartir el tiempo entre la casa y el trabajo, los momentos donde el bebé está llorando o enfermo y no hay una respuesta correcta o evidente que lo solucione, la presión que un bebé puede poner a un matrimonio, lo cansada que a veces se siente.
Por mi parte, le estaba contando por el excelente momento que estoy pasando. Amo lo que hago, siento que estoy viviendo mi propósito, estoy en una relación con un hombre maravilloso en la que juntos crecemos todos los días, tengo la libertad de trabajar desde cualquier lugar del mundo, tenemos varios viajes planeados este año, nos divertimos todo el tiempo, mis niveles de estrés están bajos y puedo dormir hasta la hora que quiera los fines de semana.
Después de hablar sobre esto, le pregunté: ¿por qué? ¿por qué tener un bebé y complicarme esta vida maravillosa que estoy teniendo?
Su respuesta fue muy simple, pero muy poderosa. “Para tener una experiencia de vida más enriquecida. Para experimentar un amor y una felicidad que no se pueden experimentar de ninguna otra manera. Para conocer más de que estás hecha y el increíble poder que tienes dentro”.
Al compartir esto no quiero decir que la única manera de vivir una vida rica en experiencias, amor, crecimiento y propósito sea tener un hijo. Lo que sí quiero decir es que son las situaciones que están fuera de nuestra zona de confort las que enriquecen nuestra vida.
Es fácil acostumbrarnos a nuestra rutina de trabajo, a nuestros mismos planes los fines de semana, a la cotidianidad. Y eso está bien. No se trata de vivir una vida de alto estrés. La reflexión que te invito a hacer es a preguntarte ¿qué estás dejando de hacer por miedo a sentirte incómodo?
Si quieres tener una vida rica, experimentar nuevos niveles de amor y felicidad y descubrir aún más de qué estás hecho, debes salirte de tu zona de confort. Puede que para ti esto signifique tener una conversación más honesta y abierta con tu pareja sobre la relación que deseas tener. O hablar con tu jefe y pedir que te promueva, o renunciar a tu trabajo que ya conoces a la perfección para irte a hacer algo nuevo. Puede ser empezar un nuevo deporte o hobby. O al fin hacer ese viaje que siempre te habías soñado. O puede ser tomar la gran decisión de convertirte en un padre o en una madre.
Sé que en tu corazón sabes que es eso que va a llevar tu vida a otro nivel. Eso que te va a retar y a enfrentar a nuevas partes de ti. ¡Hazlo! Al otro lado de tu zona de confort hay una experiencia de vida mucho más rica y maravillosa.
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