¿Por qué esperar?

En días pasados, realicé una entrevista a un emprendedor e ilustrador muy talentoso llamado Alejandro Giraldo. Alejo ha creado una marca de ropa con su familia, llamada Velmost, además de las ilustraciones que realiza a título personal. Alejo, hace un tiempo, vivió una experiencia que le hizo hacerse una pregunta muy valiosa:

¿He vivido bien?

Esa pregunta se la realizó luego de ser diagnosticado con una enfermedad cardiaca que le hizo pensar que iba a morir. Por suerte, y con el acompañamiento médico, se ha estado recuperando; sin embargo, nos contaba Alejo que, cuando recibió esa noticia, pensó que sería el final. 

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Ese día en el que recibió el resultado no quiso alarmar a su papá y se fue corriendo a un parque a reflexionar sobre lo que había sido su vida. Mientras él me contaba eso, pensaba para mi el por qué tenemos que esperar hasta que nos diagnostiquen una enfermedad, tener una ruptura amorosa, ser despedidos, entre otras situaciones “difíciles” para replantearnos nuestra vida; incluso, cuando lo hagamos puede ser demasiado tarde. 

Entiendo perfectamente que esas crisis son necesarias para aprender algo y salir de allí con los aprendizajes que tengamos que tener, pero ¿no podríamos hacerlo sin que nada malo nos pase?

Recordaba también una escena de una gran película de Disney: SOUL, en la que un “alma en pena” es despertada de su vida sin sentido (siendo corredor de bolsa). Un día se pregunta: ¿Yo qué estoy haciendo?, se levanta y tira el computador al piso y sale corriendo. Como en ese tipo de escenas estamos llenos. Personas que viven una vida aburrida, pero no se atreven a salir de su zona de confort, solo hasta que reciben algo que les cambie significativamente la vida asumen el riesgo y salen de allí.

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Bien lo decía Aldo Cívico: “El miedo -mal canalizado- nos puede llevar a una zona de confort, una cárcel, que nos sirve para llenarnos de excusas”; por eso es que no hacemos cambios significativos sin que se presenten eventos que nos alteren nuestro statu quo, cuando eso sucede, el miedo pasa a un segundo plano y nos arriesgamos a cambiarlo todo.

Y tú, ¿has vivido bien?, revisa tu vida y no esperes a que algo extraordinario pueda poner en jaque tu vida, ya que para entonces puede ser demasiado tarde.

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