La mayoría de personas asociamos una pelea con palabras hirientes, rabia, y dolor. Muchos hemos aprendido a evitar el conflicto para no tener que enfrentar estos sentimientos dolorosos. El problema es que no pelear y guardarse lo que sentimos, nos distancia de las personas que más queremos tener cerca. Cada que no expresamos nuestros resentimientos, es como si pusiéramos una almohada entre nosotros y la otra persona, y cuando menos pensamos, tenemos tantos resentimientos guardados, tantas almohadas entre los dos, que cuando nos queremos dar un abrazo no alcanzamos. Pelear o discutir puede ser molesto, pero cuando aprendemos a pelear de una manera responsable, estas discusiones se vuelven esenciales para tener relaciones transparentes, reales y cercanas.
Aquí te comparto cinco consejos para tener peleas más efectivas.
1. Toma el 100 por ciento de la responsabilidad de tus palabras, sentimientos y actos. Evita decir frases que empiecen con “nunca” o “siempre”. Evita culpar al otro o justificar tus acciones. Expresa tus sentimientos con frases como “tengo rabia” en vez de frases como “es que tú me sacaste la rabia”. Reconoce tus errores y pide perdón cuando realmente lo sientas.
2. Honra los sentimientos. Todos deseamos ser vistos, escuchados y validados. Cuando estás en una pelea, honra todos los sentimientos presentes. Evita frases como “no deberías estar tan bravo” o “¿te vas a poner a llorar por eso?”. Si tú o la otra persona están tristes, bravos o dolidos, es importante respetar esos sentimientos y confiar que la otra persona se siente así por una razón válida. Al honrar los sentimientos, estás respetando la experiencia del otro.
3. Toma solo el 50 por ciento de la responsabilidad por la pelea. En una pelea entre dos personas, siempre hay responsabilidad de los dos lados. Algunas personas tienden a responsabilizarse por todo y piden perdón por aquello que no es suyo. Y otras tienden a poner toda la responsabilidad en el otro. Siempre que estés en un conflicto, recuerda que hay dos personas y que los dos tienen su parte.
4. Recuerda la regla 80/20. Muchas veces nuestras reacciones en un conflicto son más fuertes de lo que el conflicto genera. Digamos que en una escala de 1 a100, tienes rabia a un nivel de 100 y notas que 20 de 100 son por este conflicto. Los 80 restantes se deben a que la pelea tocó una herida que has cargado por muchos años. Aprovecha la ocasión para entender realmente qué es lo que te molestó y qué heridas del pasado no has sanado.
5. La meta es la satisfacción. El objetivo de una pelea saludable es que las dos partes queden satisfechas. Es decir, que las dos personas sientan que fueron escuchadas, vistas y validadas. Que los dos expresaron lo que sentían y pensaban y se llegó a una solución que funciona para los dos. Si al final de una pelea no te sientes satisfecho, no te rindas. A veces para sentir la satisfacción se necesitan varias conversaciones.
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