Todos los días Camilo Roldán se levanta temprano y mientras su esposa se arregla, él se encarga de hacer el desayuno para ella, Simón y Sofía. A las 7 a.m. todos están listos para irse. Camilo es ingeniero mecánico y trabaja como independiente desde su casa. Su esposa, Andrea Mejía, es jefe de producción en una fábrica en Marinilla.
Camilo divide su mañana entre el ejercicio y el trabajo; y su tarde, entre el trabajo y las actividades de los niños. Para Camilo y Andrea estaba claro que llegaría un momento en el que uno de los dos se quedaría en la casa pendiente de los hijos. Ambos trabajaban en una empresa y cuando se casaron, por políticas de la organización, uno de los dos debía renunciar. Primero, él se fue para una Pyme, pero cuando a Andrea la ascendieron, tomaron la decisión de que él sería el encargado de estar con los pequeños. En casa montó su oficina y desde allí trabaja como asesor y consultor.
Para Camilo ha sido una experiencia gratificante. “Siento que así les podemos dar más seguridad, hemos establecido muy bien los roles y ellos saben qué deben hablar conmigo y qué con la mamá”.
La sicóloga Camila Richardson explica que las dinámicas actuales permiten que el papá esté mucho más presente en el hogar y en la vida cotidiana, “todo depende de las actividades de cada familia”, explica.
Los roles cambian con la evolución del mundo. Santiago Morales, por ejemplo, organizó su vida al máximo para poder estar con Matías, su hijo, en modo 24/7. Y no contento con ello, asesoró a su esposa para que pudiera hacer lo mismo. Hoy, ambos trabajan desde el hogar y están presentes en la vida de su pequeño de un año. “Si papá y mamá están presentes, se pueden hacer maravillas”, agrega la doctora Richardson.
Que el papá esté presente es beneficioso pues así se construirá una relación sólida basada en momentos y aprendizajes significativos. Además, como lo dice Camila Richardson, “si en la primera infancia, los niños tienen diferentes interacciones provenientes de diferentes cuidadores, incluyendo al papá, van a tener un ejemplo, se va a generar una gran empatía y, sobre todo, se podrán tener un montón de experiencias compartidas”.
Santiago se define a sí mismo como el papá más afortunado del mundo por tener la posibilidad de compartir tiempo de calidad con Matías.
Por: Juan Pablo Tettay / [email protected]
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