Todos sabemos lo importante de una buena nutrición desde la infancia. Comer también es un aprendizaje que empieza en la casa. Sentarse a la mesa debe ser una actividad que produzca satisfacción y alegría a toda la familia.
La mayoría de los aprendizajes depende de una buena actitud de quienes los enseñan y de un ambiente agradable y motivador. Por lo anterior, papás y cuidadores que están con los niños mientras preparan, sirven y comen, deben demostrar con sus comentarios y gestos lo importante y agradable de esa experiencia.
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Aspectos a tener en cuenta:
- Haga de la hora de las comidas un momento agradable, de conversación de temas que a todos les gusten. Hablen sobre experiencias positivas, historias chéveres, de planear actividades de la familia o de lo rico que se pasó en un programa ya realizado. Los papás deben compartir las experiencias positivas del trabajo o de otras actividades y permitir que los niños hagan lo mismo.
- Los momentos en la mesa también sirven para se enseñar y practicar modales.
- No comamos con la televisión prendida. Esto evita que los niños estén atentos a su alimentación. Habrá circunstancias (ojalá pocas) en las que los padres premien a los niños viendo un programa mientras comen.
- En la casa debe haber un lugar para comer. Evite llevar la comida a las habitaciones o a otros lugares. El comedor debe estar bien presentado y ser acogedor. En la mesa debe estar lo que se necesita; esto evita levantarse permanentemente.
- Es indispensable no usar el celular, ni contestar o pasar al teléfono. Si esto sucede los niños van a encontrar actividades para hacer mientras comen y no le darán importancia a esta actividad.
- Si por cualquier motivo un adulto no debe comer ciertos alimentos, explique a los niños que el médico no se los permite o que le caen mal (cuando no le gustan). Cuando se está a dieta para adelgazar, no diga que este o aquel alimento engordan, estos mensajes se van quedando en los niños y luego dejan de comer algunos nutrientes importantes para su crecimiento. A veces habrá que hacer un pequeño sacrificio, comiéndose alguna cosa que no les gusta a los papás o adultos.
- Cuando un niño diga que no le gusta un alimento, trate de presentárselo de varias maneras, dándole la oportunidad de probarlo.
- Haga que los platos que llegan a la mesa sean coloridos y bien presentados. Evite servir cantidades muy grandes de alimentos. En ocasiones con solo ver un plato muy lleno se quitan las ganas.
- La comida debe ser variada, de tal manera que se puedan probar muchos tipos de alimentos con diferentes nutrientes, para cumplir una dieta balanceada.
Por Angela María González Duque