Este hombre que nació en Jerusalén, y ha dirigido algunas de las orquestas más importantes del mundo, fue escogido entre una terna de candidatos. Llega para un período de cuatro años con el propósito de llevar la música a lugares variados y con un mensaje que habla de diversidad y apertura
Está convencido de que la música permite acercarse a las personas. Interesado en llevar a la realidad ideas novedosas y en compartir mensajes a través de un repertorio, sintió emoción desde la primera vez que llegó a Medellín. Su nombre hizo parte de una terna de candidatos y el suyo fue escogido después de pasar varias semanas en la ciudad, dirigir la orquesta y haber sido evaluado por un grupo variado de personas.
Entre sus labores estará determinar quiénes serán los directores y solistas invitados, dar visibilidad a la orquesta fuera de Colombia y acompañar los programas sociales y educativos. Según Filarmed, “trabajará intensamente en una variedad de aspectos artísticos como sonido, estilo, novedosas ideas musicales, poder rítmico y repertorio”.
Desde el año 2013 es el director musical y artístico de la Camerata de Ginebra, considerada una de las orquestas más innovadoras del mundo. Su deseo de disfrutar e interpretar bien la música se ha visto en su trayectoria. Como director y pianista, es considerado uno de los artistas más “aventureros” del mundo clásico: en París interpretó todas las sonatas para piano de Mozart en una maratón de un día y también dirigió desde su teclado, los 27 conciertos para piano de este compositor, en una temporada.
En el año 2020, presentó su álbum “Labyrinth”, inspirado en sueños que tuvo durante muchos años. Gracias a ese álbum recibió muy buenas calificaciones y reseñas por parte de periódicos como “The New York Times” y estaciones de radio especializadas como “BBC”.
Diversidad y mejores seres humanos
En una conversación con Andrés Felipe Tabares de Filarmed, David Greilsammer respondió algunas preguntas, antes de su inicio como director, en Medellín. Sobre el papel de la música como agente de transformación social afirmó: “es el lenguaje más universal que tenemos en el mundo. La música vive dentro de nuestros cuerpos, dentro de nuestros corazones, dentro de nuestras almas. Tiene el poder de cambiar la vida de las personas y estoy convencido de que tiene la capacidad de reducir la violencia y la injusticia. La música, las artes y la cultura son la mejor respuesta a la intolerancia, el racismo y el odio. Cuantas más personas toquen instrumentos musicales, bailen y canten, mejor será nuestro mundo. Es por eso que las orquestas deben ser líderes fuertes en nuestra sociedad”.
Sobre el público de Medellín y al que ya conoció después de haber tocado varias veces, dice: “me encanta el público porque es cálido, entusiasta y curioso. Los auditores de esta ciudad siempre están abiertos a descubrir nuevos sonidos, nuevas visiones, nuevos proyectos y nuevas propuestas. Es un público muy aventurero que desea inspirarse y siempre está feliz de emprender viajes sorprendentes e inesperados. Sobretodo, es un público enamorado de la música, de todo tipo de música. Donde quiera que vayas en Medellín, escuchas música: salsa, reggaeton, clásica, jazz, tango… la gente de la ciudad respira música, es parte de sus vidas y cuerpos, cada minuto del día y de la noche; ¡me encanta eso!