/ Juan Carlos Vélez Uribe
En estos días el Gobierno Nacional ha planteado la necesidad de vender una empresa que para los antioqueños representa otro de sus activos como lo es Isagén. Ello en razón de que, como lo ha dicho el Ministro de Hacienda, el Dr. Mauricio Cárdenas, se requiere recursos para desarrollar la infraestructura vial del país.
Desde el Congreso de la República en diferentes debates nos hemos opuesto a la intención que tiene el Gobierno Nacional de vender su participación en dicha empresa, la cual corresponde al 57 por ciento del total de las acciones, valorada en 4.5 billones de pesos. Esta oposición está enmarcada en lo inconveniente que sería el vender un activo estratégico para el país, en cuanto a que la mayoría de capital público en la propiedad de Isagén, permitiría la participación del Estado en proyectos energéticos que en un momento determinado llegaran a requerirse y en los que no haya posibilidad de inversión privada. Esto podría ocurrir en caso de darse otra crisis en la inversión extranjera en el país, como la que se vivió en la era anterior a Uribe.
Los privados no van a invertir cuando no tengan seguridad de su inversión mientras al Estado le corresponderá hacerlo en todo momento, pues parte de su misión es garantizar el suministro eléctrico a la población. Otra de las razones para oponernos a esta decisión, es que no entendemos el por qué se va a vender un activo que hoy por hoy es altamente rentable y le significa importantes ingresos a la Nación.
El año anterior Isagén transfirió más de 100.000 millones de pesos al presupuesto nacional y, como van las cosas, en los próximos años podría estar transfiriendo más de $300.000 millones al año. Estos, proyectados a 10 años apenas, serían más de 3 billones de pesos que perfectamente servirían para apalancar cualquier proyecto vial de importancia en el país, sin tener que vender el activo que genera tales ingresos.
Pero también nuestro malestar por la venta de Isagén radica en el regalo que le van a hacer a los inversionistas privados de un activo que es de todos los colombianos. Según las cuentas que hemos hecho, la empresa hoy debería tener un valor de 11 billones de pesos y la han avaluado en apenas 7.8 billones, generándose un eventual detrimento patrimonial del orden de los 3.2 billones de pesos para la Nación. Al momento de escribir este artículo la acción de esta empresa estaba en bolsa a un valor de 3.060 pesos, mientras que el precio para la oferta pública a los que tienen prioridad para la compra de las acciones es de apenas 2.085 pesos.
Cuando fui concejal de Medellín me opuse a la privatización de EPM, mi voto en ese momento sirvió para aprobar la creación de la Empresa Industrial y Comercial del Estado que hoy es nuestra empresa de servicios públicos. Como lo hice en esa época, creo que acertando en la decisión, espero no equivocarme con la oposición a la venta de la participación del Estado en nuestra Isagén.
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