Si se piensa en la cultura del vino en Colombia, uno de los nombres que no puede faltar es el del argentino Mario Puchulú. Don Mario, como le decían cariñosamente, murió hoy después de una larga enfermedad que nunca pudo alejarlo de lo que más le gustaba en la vida: el buen vino y la buena comida.
“Fue un maestro de la vida”, expresó el periodista Lorenzo Villegas, quien fue uno de sus discípulos y con quien entabló una gran amistad. Juntos recorrieron el país y el mundo de feria en feria y de bodega en bodega, aprendiendo y conociendo más sobre el mundo del vino.
Puchulú, uno de los impulsores de Expovinos, llegó a Medellín en 1989 como gerente de Provica, desaparecida casa vinícola ubicada en San Pedro de los Milagros. Lorenzo recuerda que en ese entonces, además de enólogo, “era un todero”, pues era la única persona que conocía el funcionamiento de una bodega.
Gracias a su formación y a su amplia cultura general, logró trascender la enología para dedicarse a comunicar la cultura del vino. “Ese fue uno de sus grandes legados”, explica Juan Camilo Vélez, propietario de La Ravinia y gran amigo de Mario. “Más que vender marcas, Mario vendía el vino como un producto”, agrega. De ese modo, logró hacer entender la cultura del vino, que es una bebida que no solo se toma, sino que debe estudiarse. “Mario fue la persona que le dio al vino importancia en las mesas y, sobre todo, en las góndolas de los supermercados”.
Expovinos fue su consentida, aprovechó el espacio para hacer difusión y comunicación del vino y logró posicionarla como una de las ferias más importantes de América Latina. “El legado que nos deja don Mario es la feria misma”, expresa Mateo Jaramillo administrador de la categoría de bebidas del Grupo Éxito y director de la feria. “Durante los seis años que trabajé con él, logró transmitirme todo ese amor por el vino”, expresa.
Su presencia hará falta en el cierre de cada Expovinos, pero, con seguridad, su legado perdurará gracias a aquellos a quienes les regaló su conocimiento.