El Área Metropolitana del Valle de Aburrá tiene el programa Ciudadanos Científicos, una estrategia local de ciencia, tecnología e innovación desarrollada a través del Sistema de Alerta Temprana, Siata.
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Esta estrategia inició en 2015, cuando 100 ciudadanos del Valle de Aburrá aceptaron tener en sus hogares o lugares de trabajo una “nube”, o sensor de bajo costo, para la medición de la calidad aire, desarrollada localmente por el Siata.
Esta nube permite obtener datos puntuales, minuto a minuto, de temperatura, humedad y Material Particulado – PM2.5. En 2017 se realizó la segunda convocatoria y el número de Ciudadanos Científicos aumentó a 250 en el territorio.
Y para este 2021 se cumple la tercera etapa de Ciudadanos Científicos, en la cual se sumaron 150 ciudadanos.
Precisamente, con la tercera versión de la estrategia, se completaron 300 “nubes”, 50 adicionales a la versión anterior. En esta oportunidad a todas se les instalaron nuevos sensores para el monitoreo de ruido ambiental, lo que está permitiendo obtener datos adicionales en procura del cuidado del medio ambiente y la calidad de vida de los habitantes metropolitanos.
Además, en esta versión, 100 sensores fueron instalados en igual número de bicicletas para el monitoreo móvil de calidad del aire, temperatura y humedad. Con ello, el programa fortaleció su estrategia gracias a 400 Ciudadanos Científicos.
“Este es un ejercicio de generación de ciencia, tecnología y conocimiento, que permite promover educación y conciencia ambiental a través de los ciudadanos que han sido inquietos por aportar al cuidado del medio ambiente. Con este avance de Ciudadanos Científicos, obtendremos datos minuto a minuto sobre la calidad del aire y del ruido ambiental. Esta es una apuesta desde nuestra entidad por el Valle del Software que nos permitirá seguir avanzando en la construcción de un Futuro Sostenible de los diez municipios del Valle de Aburrá”, indicó Juan David Palacio Cardona, Director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
La experiencia de ser un Ciudadano Científico
“Hacer parte de Ciudadanos Científicos ha sido una experiencia maravillosa porque nos ha permitido a los habitantes hacer parte de la solución de los problemas de contaminación ambiental o eventos que ocurran en nuestro entorno”, contó César Olmos Ceveriche, Ciudadano Científico desde 2015.
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Cabe destacar que los Ciudadanos Científicos son elegidos en convocatoria abierta, y su elección se basa en la ubicación del punto de instalación, de manera que su distribución posibilite conocer la calidad del aire en lugares diferentes del territorio.
Inventario de Ciudadanos Científicos
En 50 hogares fueron instaladas nubes para monitorear la calidad del aire. Otros 100 sensores están en bicicletas de ciudadanos monitoreando la calidad del aire, temperatura y humedad mientras realizan sus desplazamientos por el territorio.
Con los datos obtenidos, se enriquecen las investigaciones que aportan a la construcción de políticas para mejorar la calidad del aire en el Valle de Aburrá.
¿Cómo funcionan las “nubes”?
Los ingenieros desarrolladores de los sensores explicaron que tras una actualización de la APP de Ciudadanos Científicos, ahora es posible ver los datos de ruido ambiental, es decir, los participantes de esta iniciativa conocen los datos que están aportando al programa.
Con los datos obtenidos de las mediciones de los sensores de bajo costo, se enriquecen las mediciones de la red acreditada y las investigaciones que aportan a la construcción de políticas para mejorar la calidad del aire en el valle de Aburrá. Los datos están disponibles para toda la ciudadanía a través de una aplicación de descarga libre para dispositivos móviles, llamada “Ciudadanos Científicos”, también está el geoportal www.siata.gov.co, además de la interfaz de programación de aplicaciones – API.
Finalmente, cabe contar que el Área Metropolitana del Valle de Aburrá cuenta con una Red de Monitoreo de Calidad del aire, que está acreditada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales – Ideam y que actualmente cuenta con 43 estaciones de monitoreo de calidad del aire y ruido ambiental. Con un total de 65 sensores y analizadores, entre ellos ocho sonómetros, 22 de PM 2.5 automáticos (para medir la calidad del aire), entre otros.