Los vínculos entre arte y política, el despliegue de técnicas y de materiales, las nuevas visiones de la realidad… todo ello hace excepcional el arte mexicano.
Los desarrollos artísticos y culturales mexicanos tienen una trascendental importancia en el arte moderno y contemporáneo, con repercusiones universales, sobre todo en el terreno de las artes plásticas. Cada nación, cada pueblo y cada cultura plantean, dentro del propio ámbito, las formas y tiempos de su crecimiento vital; pero las artes mexicanas de las primeras décadas del siglo XX se constituyeron en una auténtica vanguardia que marcó el camino de América en el descubrimiento y reivindicación de los propios valores.
Sin embargo, el despertar de esa conciencia de la cultura nacional no significó un encerramiento en lo local, en lo étnico o en lo folclórico sino, más bien, una explosión que se hizo sentir en el mundo entero y que convirtió a México en un polo determinante dentro de los debates del arte moderno.
Los vínculos entre arte y política; la certeza de que el terreno de la creación artística está abierto a una sensibilidad que escapa a las ataduras de la razón y de las academias; el despliegue experimental de técnicas y de materiales que desarrollan nuevas posibilidades de sentido; y, en fin, la conciencia lúcida de una modernidad que no es deudora de imitaciones sino que se reconoce como apertura a nuevas visiones de la realidad: todo ello hace excepcional el arte mexicano del siglo XX.
Dentro del Año México-Colombia, y como parte de la celebración de sus 40 años, el Museo de Arte Moderno de Medellín presenta un conjunto de 71 obras de la Colección Femsa, una de las más importantes a nivel continental.
El impacto de los grandes nombres es inevitable. Fuera de México es muy difícil encontrar en el mismo espacio a Rivera, Orozco, Siqueiros, Atl, Tamayo, Frida, María Izquierdo, Remedios Varo, Leonora Carrington, Coronel, Felguérez, Cuevas, y muchos otros grandes.
Pero aún más interesante es el proceso histórico que revela la muestra. Tras el contacto con la vanguardia europea, se impone la búsqueda de la identidad mexicana, impulsada por el proceso revolucionario que marcó nuevos caminos para la comprensión de la cultura.
En ese contexto, el movimiento surrealista descubrió en México el potencial de la realidad superior que buscaba: una “identidad fantástica” que también a través de la literatura reveló a toda América Latina. Y en la segunda mitad del siglo se produce una ruptura con la figuración nacionalista y el arte se abre a nuevas formas de expresión. En síntesis, estamos ante una síntesis de la historia del arte mexicano del siglo XX.
Las pinturas se completan con una serie de retratos que no cumplen solo la positiva labor de presentar a los artistas mismos sino que agregan un interesante recorrido por la fotografía mexicana.
La muestra se completa con un magnífico catálogo, con imágenes y textos impecables. Es una buena oportunidad para recordar la trascendencia cultural e histórica de los catálogos, que posibilitan extender en el tiempo y hacer permanente la experiencia fugaz de una exposición.
Otras exposiciones en el Mamm
Además de la muestra México: identidad fantástica, el Mamm inauguró el 10 de octubre las siguientes exposiciones:
- Felipe Mujica. Estamos más unidos a lo invisible que a lo visible. Mujica (Santiago de Chile, 1974) presenta series de cortinas, hechas en colaboración con grupos de artesanos y tejedores, que plantean vínculos con la historia del arte y obras de vanguardia.
- Francisco López. Hyper-Rainforest. López (Madrid, 1964) crea una instalación sonora a partir de grabaciones ambientales hechas en distintas selvas lluviosas del mundo.
- Manuel Hernández. Dibujos y bocetos 1960-1990. Hernández (Bogotá, 1928-2014) es uno de los más importantes artistas colombianos del siglo XX. Esta muestra presenta un aspecto muy desconocido de su obra.