Mientras la inseguridad vial nos cuesta por año $1.6 billones, los motociclistas no ayudan. Este año van 12.634 accidentes y 45 conductores han perdido la vida. Faltan respeto de las normas y mayor control. Mientras la inseguridad vial nos cuesta por año $1.6 billones, los motociclistas no ayudan.
El 23 de abril hubo día sin carro, el 10 de julio tocó día sin taxi, además hay hora sin energía eléctrica y retos de día sin carne y sin plástico, pero lo que ninguna autoridad ha establecido, y, sin embargo, se experimenta con alguna naturalidad en nuestras calles, es el día del motociclista sin casco.
Van y vienen en contravía, en rojo o por las aceras y, como si hicieran falta infracciones, sin protección, contrariando la norma y la razón.
Esta práctica, como de patio de recreo, lleva peligro a vías como las nuestras, atiborradas, sometidas a excesos. Y no se aprecia en las avenidas principales, pero basta moverse por los barrios para atestiguar el abandono del orden y de la lógica.
Al motociclista que rueda por el barrio sin uso del casco no lo convencen de actuar en contrario ni la protección de la vida, ni la presencia de la autoridad, ni la multa, que supera los 400.ooo pesos.
Un motociclista que rueda sin casco y usa su teléfono con las dos manos. Otro que aduce incomodidad por el clima y lleva su protección de las orejas hacia arriba. Otro más que se lo quitó en un semáforo, no por el calor, sino para fumar marihuana. Y en luz verde, continuó su marcha, sin casco y con cusca. Otro que lleva a su parrillero con la cabeza al viento. Otro que le agrega un pasajero al cupo máximo. Conductores que no cuidan la vida, sin que sean “detenidos a tiempo”, como alguna vez definió un secretario de Movilidad su gestión en las calles, y comprometiendo a otros usuarios. Así lo ha atestiguado Vivir en El Poblado.
Contrario a ser un problema de efectos individuales, la incidentalidad vial ha tomado carácter de problema de Salud Pública en Medellín. Y los motociclistas no ayudan. Este año, hasta el 14 de julio, la ciudad reportó 12.634 incidentes con motos, más 45 muertos y 2.358 lesionados.
De acuerdo con la investigación Movilidad Segura en Medellín, enfocada en el plan de ciudad trazado para 2014-2020, la inseguridad vial nos cuesta por año $1.6 billones. Ese costo agrega las muertes, las lesiones, los daños, la movilización de funcionarios y los tacos. No es un problema personal aquel que sobrecarga los servicios de salud.
Algo hay que hacer. El motociclista debe aportar respeto de las normas y pericia. Debe saberse corresponsable de la seguridad de las vías. La moto marcha con gasolina, pero sobre todo con el uso de la inteligencia. Mientras la autoridad debe diseñar vigilancia con mayor cobertura. Una vida perdida es tan grave en la arteria como en el callejón de barrio.
La movilidad de una ciudad debe ser segura, saludable, activa, humana, sinérgica y sostenible. ¿Un conductor que marcha sin casco la puede lograr?
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